Tras 15 temporadas sin alcanzar la Final Four, el Madrid lo consiguió la campaña pasada. Poco efecto balsámico confirió. La marcha de Messina dejó al frente a Lele Molin, su segundo. Le valió para pasar ante el Valencia la eliminatoria de cuartos de final, pero el bochorno en Barcelona fue considerable.
En el enésimo volantazo de una sección que conoció tiempos más gloriosos, pero cuya inversión no merma drásticamente pese a las píldoras periódicas de Florentino ("me dolió ver que quedaban sin vender muchas entradas para ir a Barcelona", decía en la última Asamblea), aparece un técnico de perfil bajo, Pablo Laso, que se está revelando como una apuesta acertada y que ha dado aire fresco a la sección. Se marcharon Rudy Fernández e Ibaka de vuelta a la NBA, aunque todavía se cree en un futuro regreso del mallorquín, es posible que incluso para los próximos play off si Denver no progresara mucho. Se temió un bajonazo y, aunque es verdad que se perdió en las pistas de Estudiantes y Joventut, el triunfo en el clásico ante el Barcelona tras muchos traspiés dio la dosis de confianza necesaria para volver. En la ACB, el Madrid venció en Málaga por 16 puntos, con una exhibición brutal de tiro. Es una de sus armas, complementada por un ritmo vertiginoso de juego que le hace ser el máximo anotador en España y Europa. Completa un juego interior verdaderamente potente, alto y versátil. En fin, un equipazo que Pablo Laso maneja, a la espera de los momentos de verdad, con maestría. Velocidad, correr, vértigo es la seña de identidad de este Madrid.
bases
Sergio Llull y Sergio Rodríguez forman la cabina de mando. Se especulaba con que la marcha de Rudy traería un base para que Llull actuara de escolta. No ha sido así. Los dos cuadran con la idea de velocidad que propone Laso, antiguo base, quizá se ve reflejados en ellos. Sergio parece más maduro, hace partidos más completos pese a su laxitud defensiva. Es más altruísta que Llull, más incisivo y encarador del aro.
escoltas y aleros
En Alicante, su último partido, Laso propuso a Singler y Suárez como dos y tres. Dos tipos de más de dos metros sobrados que dan una altura con apenas par en el continente. Singler puntualmente puede jugar de cuatro, lo hizo en el Lucentum, aquí menos. Carroll sale desde el banquillo, pero es de facto un titular, el máximo anotador del equipo. Y Pocius confiere más brío y casa con la idea de velocidad de todo el bloque madridista.
juego interior
Muchos centímetros y talento, quizá un punto de blandura en algunos hombres. No es el caso, claro, de Felipe Reyes, gladiador que combate por minutos. De sobra conocido. El rebosante talento del pujante Mirotic, los movimientos y los largos brazos de Tomic, la mayor intensidad de Begic... Y para casi ya estará Velickovic. Una batería tremendamente respetable.
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