baloncesto fase de ascenso a liga femenina 2

La cocina de un ascenso

  • Varios protagonistas hablan sobre el éxito del Asisa Alhaurín de la Torre

  • " Fue muy difícil y largo, pero conseguimos aguantar", comenta la capitana Liñán

La plantilla del Asisa Alhaurín de la Torre celebra el ascenso en la pista de Los Guindos.

La plantilla del Asisa Alhaurín de la Torre celebra el ascenso en la pista de Los Guindos. / fab málaga

Resultaría curioso poder medir la cantidad de pasiones que mueve el deporte en el planeta. Una religión con millones de adeptos y con una esencia de imprevisibilidad que le da un carácter especial. Se compone de historias como la del Asisa Alhaurín de la Torre, que saborea un ascenso que era utopía meses atrás. Lo toca tras una temporada atravesada en una montaña rusa que acabó en la parada más alta, la Liga Femenina 2.

"La peor de mi vida con mucha diferencia con el mejor final. En los libros de entrenadores esto que ha pasado este año no sale", comenta el capitán de la nave, un Francis Trujillo cuyas palabras reflejan bien lo vivido: "En Navidad pensaba que dejaba el baloncesto. La temporada ha sido estresante hasta esos niveles".

Comparte discurso con un vestuario ahora feliz, pero con un anecdotario más amplio después de sobrevivir estos meses. "Un premio porque yo ya no sé si voy a volver a jugar y disfruté muchísimo. He jugado muchos campeonatos, pero esto fue la guinda", reconoce la capitana Lorena Liñán, que da la clave: "Fue muy, muy difícil y largo, pero creímos en nosotras, conseguimos aguantar".

Un grupo al que el título de Primera Nacional espoleó. "Vinimos a disfrutar, teniendo tres o cuatro cosas clave y a partir de ahí lo sacamos", asegura Canaria, autora de la canasta decisiva ante el Adareva. Recoge el testigo de la base Ana Sánchez, que pone más ingredientes. "Realmente llegábamos muy justitas, pero con mucha ilusión. No nos imaginábamos compitiendo a este nivel. El equipo estaba muy unido, realmente creía. Desde arriba nos transmitieron esa ilusión desde el primer momento".

Hubo un momento donde el Asisa Alhaurín de la Torre donde se invirtió la tendencia. "El grupo se fracturó, pero nos repusimos y la llegada de Jay White nos hizo un poco mejor a cada una", recuerda la alero, a lo que el presidente Juan Pedro Parra añade: "Necesitábamos alguien que reestructurara deportivamente y nos diera ilusión y nos dio toda la del mundo. El equipo pasó un bache y la pretemporada en vez de hacerla en octubre la hicimos en febrero, el pico de rendimiento ha sido ahora. Llegamos pletóricos". La protagonista se mostraba eufórica. "Una gran experiencia, muy competitiva, la mejor de mi vida. Estoy muy feliz", decía la americana, epicentro de piropos y capital en el choque ante el Adareva con 21 puntos.

El conjunto alhaurino recoge el testigo de aquel Universidad de Málaga, con el que comparte un nexo. "Es especial y las dos veces que se ha ascendido en Málaga he estado. Es una satisfacción y he tenido suerte", explica Marisa Pérez, que da detalles de su vivencia: "Es diferente, sobre todo, por mi edad. La madurez hace que la experiencia la vivas de otra forma, creo que he disfrutado más ahora". Se perdió ese eslabón y tuvo que pasar más de una década para encontrarlo. "Éramos muy nuevas, no teníamos experiencia ni jugadoras ni entrenadores. Quizá habría que haber reforzado más la plantilla... Era muy joven y no entendía tanto de baloncesto", interpreta la 16, a la cual este equipo la volvió a meter en el raíl del baloncesto.

La intención es darle continuidad al ascenso, aunque están claras las premisas. "Debemos apostar de verdad y no pisarnos. Este triunfo le ha tocado a Alhaurín y a mí, pero esto es de todos. Muchas veces hay demasiado egoísmo, deberíamos trabajar más unidos", reflexiona Francis Trujillo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios