No es el ideal de un equipo robótico, sin fisura y sin errores, pero hasta se agradeció que el Unicaja se despistara 10 minutos para dotar al partido de la competitividad que ha escaseado en este tramo de campaña en el que el equipo malagueño se había convertido en una apisonadora ante rivales de nivel medio-bajo. Ganaba plácidamente poco antes del descanso (51-32) y perdía al comienzo del último cuarto (67-68). No llegó la sangre al río y el Unicaja campeó ante el Fuenlabrada con un 88-81 más terrenal después de siete victorias por más de 20 puntos de media.

Quedan remaches por hacer antes del play off, pero la cuarta plaza está asegurada para el Unicaja y, con ella, el factor cancha en cuartos, algo que no sucedía desde la temporada 2008/09. Loas para Plaza y su plantilla. Muy posiblemente será el Gran Canaria el rival, justo el próximo contrincante en la fase regular. Ser cuarto es el hábitat natural del Unicaja, así fue en la década anterior, así no había sido en lo que va de ésta. Vencer al Fuenlabrada de un Feldeine deslumbrante al principio y algo obcecado al final y un Carlos Cabezas que emergió en el tercer cuarto para cambiar el rumbo trajo la confirmación de ese premio labrado durante ocho meses.

En un partido en el que la incertidumbre por el resultado era mínima la atmósfera se cargó de emotividad ya antes. Se registró una ovación de más de un minuto para Cabezas, que acabó con las lágrimas saltadas. Es historia, sangre de este club, y el público no lo olvida, lo cual habla bien de su memoria. Salva de aplausos para Fran, que recibió una placa por sus 600 tapones en ACB pese a que ayer estaba convaleciente de un dedo. Y en el descanso, ovación para el equipo junior, que por la mañana se había proclamado subcampeón de España en Marín. Con ellos se vino Domantas Sabonis, cuya presencia no pudo traer el cuarto título de la historia en la categoría.

Con el ambiente de positividad, el Unicaja arrancó pronto la moto para amarrar su séptima victoria consecutiva en la ACB, racha propia de épocas más brillantes. Así se conseguirá seguramente recuperar a la masa social que se ha marchado. Los tres sábados consecutivos en los que se ha jugado en Málaga han demostrado que el horario era bueno en su día pero ahora no. Si los abonados no acuden incluso cuando el equipo gana con ráfagas de muy buen juego es que algo no funciona.

Feldeine y Toolson comenzaron con un pacto tácito de laxitud defensiva, los dos anotando a mansalva. La exhibición del dominicano le llevó hasta los 20 puntos al descanso (27 al final) y eso fue lo que mantuvo con un poco de pulso un encuentro de color verde. Toolson rotó antes y se paró en siete. El arsenal del Unicaja parecía demasiado para un Fuenlabrada que ya no tiene más objetivos en esta temporada que salvar el honor e, individualmente, lucirse en el escaparate. Unas molestias de Panko le dejaron sin jugar y ello mermó su potencial rival.

Rápidamente cogió los 10 puntos de renta el Unicaja (23-13), otra vez con buenos minutos de Kuzminskas, recogiendo los minutos que ayer dejó libre Carlos Suárez, al que una contusión dorsal le hizo tener reposo. Doblaba en el marcador el Unicaja (34-17) con la reaparición de Hettsheimeir como buena noticia. Se le vio ágil, pidiendo el balón en el poste bajo. Robó una bola rompiendo una línea de pase y machacó en el aro rival. Después estuvo más fallón tras el descanso. También salía Domantas Sabonis, que cinco horas antes jugaba un partido a 1.000 kilómetros de distancia. Aquello parecía un huracán y Caner-Medley se sumaba a la fiesta con siete puntos seguidos (51-32), pero se desenchufó el Unicaja y el Fuenlabrada no se marchó del partido. Dani Pérez, el relevo de Cabezas, enchufó tres triples y se acabó con un 0-8 de parcial.

La bronca de Plaza debió ser seria. Sus jugadores no salieron a la pista hasta que faltaban dos minutos y medio para la reanudación, pero ello no invirtió la tendencia. Y el Fuenlabrada se creyó que podía combatir por el partido, al menos no irse con una paliza como ocurrió con los últimos rivales cajistas. Plaza esperó a que el Fuenlabrada estuviera a cinco puntos (63-58) para pedir un tiempo muerto. Había extendido hasta los 15 de renta el equipo local, pero Cabezas se compinchó con Feldeine y Paunic para abrir un partido que en el minuto 18 parecía sentenciado, con 19 puntos arriba del local, y que en el 30 mostraba en el luminoso al visitante por delante (67-68). Fue clave el malagueño, con 10 puntos en el tercer periodo  y rememorando remontadas épicas vestido de verde, para equilibrar un duelo.

Después de varios partidos en casa en los que el objetivo era ver por cuántos se ganaba, el público que fue al Carpena vio aquello como una ocasión para ensayar las gargantas y las palmas para ocasiones venideras. Se animó y el Unicaja se contagió. Bajó el trasero para defender, secó a Cabezas y Feldeine y encadenó a falta de cinco minutos una buena secuencia anotadora con un creciente Urtasun y la ráfaga final de Caner-Medley para sofocar la rebelión del Fuenlabrada y enfilar la séptima victoria seguida. Un despiste agradecido que recuerda al Unicaja que nada será sencillo de aquí a final de temporada. Dos partidos ante dos de los cinco primeros... Y play off.

Ficha técnica: 

88 - Unicaja (29+22+16+21): Calloway (4), Toolson (11), Kuzminskas (8) Caner-Medley (20), Stimac (9) -cinco inicial-, Vidal (-), Nguirane (2), Granger (6), Dragic (11), Sabonis (0), Hettsheimeir (4) y Urtasun (13). 

81 - Baloncesto Fuenlabrada (17+23+26+15): Cabezas (14), Feldeine (27), Paunic (7), Arnold (4), Diagne (2) -cinco inicial-, González (4), Pérez (11), Montañez (-), Vega (10) y Vargas (2). 

Árbitros: Bultó, Redondo y Cardús. 

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima segunda jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante unos 4.500 espectadores.