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Una moraleja, ¿aún a tiempo?

  • La cura de humildad recibida por parte del Levante se ve como una buena receta para el tramo final

El presupuesto del Levante es el mismo dinero que el sueldo anual de Cristiano Ronaldo (publicidad aparte), 20 millones. De esos, apenas ocho se destinan para los salarios de plantel y cuerpo técnico. El futbolista medio de los granotas cobra unos 300.000 euros. Condiciones humildes que se extrapolan a lo que el conjunto de Luis García muestra sobre el campo, resultados al margen. El Málaga, en potencia un nuevo rico, transita por un camino inescrutable, tan pronto da signos de vida como decepciona. La derrota en Orriols ha escocido más por la forma que por el fondo. Se pueden perder partidos, pero es un lujo innecesario no competirlos, es la conclusión que se extrae del papel blanquiazul en Valencia, atendiendo a las reacciones de aficionados y medios de comunicación. Cura de humildad era desde el domingo una de las expresiones más socorridas. Es la mejor moraleja que le queda a los de Pellegrini tras la derrota con el ejemplarizante Levante, está por ver si habrá tiempo para aplicar la enseñanza.

Vienen dos partidos seguidos en casa y desde el seno del vestuario vuelve a señalarse a Martiricos como el mejor asidero posible. Preocupante: porque públicamente nadie pareció entender la preocupación por la actitud mostrada (Jesús Gámez: "Tampoco hay que dramatizar tanto"; Pellegrini: "Les simplificamos el partido con errores y desgracias") y porque es un recurso manido y que no siempre ha surtido efecto, como pasó con Zaragoza, Getafe u Osasuna, entre otros.

En Valencia hoy el levantinismo se frotaba los ojos viendo al equipo virtualmente salvado y con los puestos europeos más cercanos que los de descenso. En otra muestra de cordura, Rubén Suárez, uno de los mejores granotas contra el Levante, frenó ayer cualquier euforia de puertas para dentro: "Pensar ahora en Europa sería mear fuera del tiesto. La permanencia no está conseguida y todavía queda mucha Liga. No porque llevemos una segunda vuelta importante tenemos que agrandarnos. Cuando sacas pecho lo más fácil es que te lo metan rápido".

Modestia nada reñida con la ambición. La muestra está en el almuerzo que disfrutó ayer la plantilla de Luis García sufragado por el ex malaguista Caicedo. Más allá de las ganas del ecuatoriano de reivindicarse ante los blanquiazules (había hecho la promesa de la invitación antes de saber que no podría disputar el encuentro), queda clara la trascendencia que tenía el encuentro para los azulgrana, algo que dejó mucho que desear por parte de los blanquiazules.

Quedan ocho jornadas por delante, tiempo para que el Málaga redima sus pecados. Además, el calendario deja cinco de los encuentros en Martiricos y, a pesar de ocupar actualmente puestos de descenso, permite seguir dependiendo de sí mismo, ya que tendrá que jugar contra Deportivo, Racing, Sporting o Hércules, entre otros. De ganar en esos partidos, tendrá mucho ganado.

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