El panorama negro que se le presentaba a Manolo cada jornada ha cambiado totalmente de color desde que Antonio Tapia le incluyera, por sorpresa, en el once titular ante el Real Madrid. Ha pasado de ser el más suplente de todos a uno de los más alabados del equipo. Su trabajo, tesón y constancia se han visto premiados y el paleño espera devolver la confianza depositada en él. De momento, se muestra feliz en su mejor momento de la campaña: "La situación es totalmente diferente. Uno siempre entrena para jugar y no siempre tiene la suerte de salir. Por suerte, ahora todo es diferente y te cambia todo un poco, aunque tampoco hay que echar las campanas al vuelo". No obstante, peleará por conservar su puesto. "Espero seguir siendo titular, y si no, animaré a los compañeros que jueguen", dijo ayer.

El técnico malaguista le dio la alternativa después de observar que no desfallecía ante el gran curso de Jesús Gámez. Hizo de su paciencia una virtud y nunca se desesperó. "Se lleva como yo lo he llevado, viniendo cada día sin pensar en el domingo y dándolo todo en los entrenamientos para que Jesús no se durmiera. Hay que aprender a vivir con eso", explicó Manolo, que tiene de compañero en la defensa al mismo que no pudo sacar del once: "Nunca pensé jugar con Jesús [Gámez], pero se ha dado así y él rinde bien donde lo pongas. El míster se está beneficiando de su gran rendimiento".

Su objetivo, de momento, es el del equipo: jugar la UEFA. "Somos conscientes de que está a tiro. Es algo histórico y pondremos todo de nuestra parte", señaló.