Indra presentó ayer su plan estratégico 2015-2018 que tiene como puntos clave un ahorro de costes de hasta 200 millones, incluida la anunciada reducción de plantilla, y una revisión de proyectos y valor de algunos activos que tendrá un impacto negativo de 395 millones.

El contenido del plan estratégico fue bien acogido ayer por los inversores, que premiaron a los títulos de Indra con una revalorización del 12,88%, la mayor del Mercado Continuo, hasta los 10,33 euros.

La compañía explicó que periódicamente verifica la evolución de sus proyectos, lo que ha llevado a "cambios en las previsiones y expectativas" sobre algunos de ellos "al existir dudas" sobre la recuperación de trabajos, costes que exceden los ingresos e indemnizaciones por incumplimiento.

Tras esta revisión, Indra considera necesario registrar un resultado negativo de unos 260 millones, de los que el 59% corresponde a proyectos en Latinoamérica, especialmente en Brasil. Además, ha corregido el valor de varios activos por 135 millones (el 87% en Brasil). Así, a 31 de mayo, el impacto negativo total ascendería a 395 millones, sin considerar los efectos fiscales positivos asociados.

El plan estratégico 2015-2018 prevé un ahorro de costes de entre 180 y 200 millones gracias, principalmente, a la reestructuración organizativa del grupo, que ha planteado despedir a 1.850 personas en España y 1.000 en Latinoamérica.

Con dicha reestructuración, que afecta principalmente a Indra Sistemas, el grupo confía en ahorrar unos 120 millones, a los que se suman 30 millones en costes de producción, entre 20 y 40 en sobrecostes y pérdidas en proyectos, y 10 con la optimización del modelo de entrega.

La firma de consultoría y tecnología espera elevar sus ventas entre el 2,5 y el 4,5% en tasa anual acumulada compuesta y generar un cash-flow libre (flujo de caja) en 2018 de unos 200 millones, lo que representará el 6% de la facturación esperada para dicho año.