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Vuelve la estabilidad

  • Los mercados recuperan el pulso gracias a los buenos datos de EEUU y los resultados de las empresas · Crecen las dudas sobre la estabilidad de la Eurozona

Esta semana los mercados han vuelto a la estabilidad tras las correcciones de semanas anteriores. Los datos positivos procedentes de la esfera macro de EEUU y los buenos resultados empresariales, sobre todo los del sector financiero, han apoyado esta tendencia. También lo ha hecho el compromiso de los estados miembros de la UE de salvaguardar la estabilidad del conjunto de la zona euro, acudiendo al rescate de Grecia si fuera necesario.

En el apartado macro, mejoran los indicadores adelantados de confianza en el sector manufacturero y en el residencial en EEUU. Además, la producción industrial repuntaba en enero por encima de lo previsto, destacando el incremento de la utilización de la capacidad instalada, desde el 71,9% hasta el 72,6%, algo que podría estar anticipando una mejora del empleo. En cuanto al sector residencial, el número de viviendas iniciadas en los últimos doce meses (hasta enero de este año) reflejó una subida hasta las 591.000, por encima de las 580.000 previstas. Sin embargo, los permisos de construcción cayeron desde los 653.000 hasta 621.000, lo que introduce un claro sesgo a la baja de las viviendas iniciadas del próximo mes. Esto deja entrever que a pesar de que la situación del sector se va estabilizando poco a poco, éste todavía sigue dando muestras de fragilidad. Y es que, desde comienzos de año, los datos macro que se han ido publicando son consistentes, con una paulatina recuperación de la actividad. En cambio, todo parece indicar que los impulsos de las políticas fiscales y monetarias todavía son necesarios. Y la posible ayuda que reciba está condicionada al cumplimiento de unos objetivos

Por ahora, Grecia va a tener que intentar corregir su déficit y sólo en el caso de extrema necesidad, la UE le ofrecerá ayuda. Dentro de un mes, el Gobierno griego deberá elaborar un informe para la Comisión Europea y el BCE sobre los avances alcanzados en este tiempo. Si es considerado insuficiente, ambos podrían proponer unas medidas adicionales, para conseguir que Grecia refuerce sus finanzas públicas. Las acciones de rescate se llevarían a cabo sólo en el caso de los mercados siguieran penalizando a Grecia.

Lo que sí ha quedado claro es que las ayudas a Grecia no van a ser gratuitas, y estarán supeditadas a una férrea supervisión presupuestaria. Es decir, una hoja de ruta de recomendaciones y plazos que fijará la Unión Europea.

El apoyo del FMI debería limitarse a aspectos técnicos, mientras que el BCE, junto a la Comisión Europea, podrían vigilar la implantación de las medidas y proponer otras adicionales.

En este sentido, Grecia va a tener que cumplir con las condiciones impuestas. Entre ellas, reducir su nivel de deuda pública (actualmente situado en el 12,7% del PIB) en cuatro puntos porcentuales en el presente año. Es un objetivo ambicioso que requerirá un esfuerzo notable de austeridad, y que va a comprometer su capacidad de crecimiento económico en los próximos años.

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