El astillero de Navantia Puerto Real vive hoy un día especial. No muchos diques celebran en pleno esplendor su cuarenta cumpleaños. Por ese motivo, cualquier ciudadano podrá visitar las instalaciones.

-Hoy se celebran 40 años de historia en la construcción naval, pero también de una forma de vida...

-La tarea de cada uno aquí está tan íntimamente vinculada a la de los demás que es imposible actuar por separado, y eso crea un fuerte vínculo corporativo. Si a esto se unen otros factores, como trabajar en la industria más antigua de la Bahía, fabricar los elementos móviles más grandes del mundo o llegar a sentir afecto por cada barco, tenemos elementos para sentir que nuestro trabajo es una forma de vida.

-Han sido muchas las transformaciones en cuatro décadas. ¿Qué salud tiene hoy este centro?

-La presión histórica de la competencia extranjera, sobre todo oriental, la necesidad impuesta por el mercado por conseguir una planta más rentable, así como la política de dirección en la búsqueda de las mejores prácticas hacen que hoy la salud del astillero esté marcada por la predisposición y preparación de todos para lograr los objetivos de rentabilidad y sostenibilidad que busca la empresa.

-Los últimos contratos conseguidos, especialmente el de Iberdrola, ¿abren nuevas oportunidades en ese sector a corto-medio plazo?

-El contrato con Iberdrola fue fruto de la política de diversificación de la empresa. El desarrollo del proyecto está teniendo multitud de dificultades, pero las estamos salvando y el plazo requerido por el cliente está consiguiéndose. Son varios los procesos de ofertas de subestaciones eléctricas marinas y otros proyectos de eólica offshore en los que estamos trabajando. Ya se nos considera dentro de este negocio internacionalmente, y por ello pensamos que tendremos nuevas oportunidades.

-¿Entiende las reivindicaciones de los trabajadores cuando exigen que se busquen más contratos para que no haya un nuevo parón?

-Es un empeño común de toda la empresa. La única forma de garantizar la viabilidad de Navantia es que sea más competitiva, y para ello es primordial tener una carga de trabajo estable. Por ello el área comercial trabaja por conseguir nuevos contratos.

-Para lograr el contrato de los petroleros se formalizó un acuerdo histórico con uno de los principales competidores, Daewoo, en Corea. ¿Es ése el futuro?

-Para poder atender los requisitos del cliente en el proyecto de los Suezmax hemos tenido que ir a una alianza con Daewo, de otra manera esta operación, seguramente, no hubiese tenido éxito. Por ello, debemos considerar este acuerdo como una oportunidad, y a los coreanos como aliados, puesto que esta relación puede darnos más y mejores oportunidades.

-No puedo evitar preguntarle por el gasero, ¿lo veremos en Puerto Real?

-Para Navantia el diseño y construcción de buques LNG es una línea estratégica de negocio. Actualmente tenemos un equipo de personas altamente cualificado trabajando tanto técnica como comercialmente en este campo. Lo que ocurre es que lamentablemente no todas las operaciones fructifican como y cuando nos gustaría, pero la empresa tiene la firme determinación de desarrollar este tipo de proyectos.

-¿Es Australia parte del futuro de este astillero por los contratos que puedan llegar?

-Australia es una apuesta estratégica para Navantia. Estamos incrementado allí nuestra presencia, y son varias las operaciones comerciales en las que estamos involucrados y, en algunas de ellas, tenemos serias esperanzas.