-Es la primera vez que hablo con alguien que se ha fugado de la cárcel.
-Era muy joven, hace ya 35 años. No tuvo tanto mérito.
-Si vuelve a la trena, ¿activará otro plan de fuga?
-No hago nada digno de presidio, pero quién sabe... Corren tiempos extraños.
-¿Y dice que se sentía más libre entonces?
-Maticemos. Lo que yo he dicho es que en los últimos años de franquismo, si no te metías en cosas de política, y yo me metía, te dejaban tranquilo. Ahora se legisla compulsivamente. Hay diecisiete parlamentos legislando. En este país, te levantas de la cama y ya has incumplido diez leyes.
-No será para tanto.
-Por supuestos bienes colectivos, se pone en riesgo continuamente la libertad individual.
-Le acusan de cambiarse de chaqueta, de dar volantazos a la derecha.
-Soy exactamente el mismo desde los 30 años, y no lo digo con orgullo. Yo no he cambiado, han cambiado ellos. Antiguos compañeros de viaje que se decían de izquierdas se comportan ahora como una secta.
-Le cito de nuevo: "Zapatero es el peor gobernantes desde Fernando VII". ¿Qué hizo Fernando VII?
-(Ríe). Hombre, Fernando VII fue desastroso. Zapatero ha jugado con un asunto muy delicado como la cuestión territorial y ha dado pasos irreversibles.
-¿Qué es irreversible?
-Dar alas al nacionalismo catalán, sin ir más lejos, que tome sus decisiones hasta el punto de que amenaza con ignorar al Tribunal Constitucional.
-Siempre contra el poder y ahora trabaja para Esperanza Aguirre.
-No trabajo para ella, programo en los teatros de la Comunidad de Madrid. Soy un hombre de teatro. A veces a la gente se le olvida. Dedico el 90% de mi tiempo a ello.
-¿Y Esperanza Aguirre le permitiría programar Teledeum en sus teatros?
-Si viéramos hoy Teledeum, observaríamos que es una obra de una completa inocencia, un divertimento sobre las cuestiones religiosas. Hoy no escandalizaría a nadie. El Gobierno es mucho más transgresor en materia de religión de lo que éramos nosotros.
-Vaya, que se siente muy libre en Madrid.
-Nadie me ha colocado ningún problema, pero eso es por una razón: el teatro actual es muy obediente, muy domesticado, no tiene nada que ver con lo que era en los 60 y los 70. Ningún montaje teatral trae problemas. Es una pena.
-¿Adiós definitivo a Cataluña? ¿No pisa la Rambla?
-No la piso para ahorrarme que me echen unos cuantos fascistas que me griten "fascista". Tengo una casa en las afueras de Barcelona. Allí voy del jardín al parking del AVE y del parking del AVE al jardín.
-Triste.
-No, en absoluto, tenía que haberlo hecho antes. Como no soy un cretino, me arrepiento de cosas, y ésa es una de ellas. Perdí tiempo creativo, que no cívico, en mis últimos años en Cataluña.
-¿Qué es lo que pasa en Cataluña?
-Que se ha perdido el sentido común, simplemente.
-Y, además, prohíben los toros, con lo que es usted con los toros...
-Todo parte de lo mismo. Es una batalla contra el enemigo español y ellos saben dónde disparar.
-Los catalanes son gandules frustrados, ha dicho. Creía que los andaluces teníamos el copyright del topicazo.
-La diletancia andaluza es una lógica del sentido de la vida, no existe ningún trauma por esta actitud. Los catalanes disimulan su pereza, engañan, hacen como si fueran laboriosos.
-Hábleme bien de un catalán.
-Podría hablar bien de muchos, pero Dalí, sin duda, fue uno de los hombres más inteligentes del siglo XX. Divertido, inteligente, un auténtico genio.
-Cumple su máxima de fomentar los enemigos.
-No me fío de las personas que no tienen enemigos, siempre te acaban traicionando. No se puede estar a bien con todo el mundo.
-Ha escrito el libro Dios los cría... con Fernando Sánchez Dragó, pero yo no le hacía juntándose con él.
-Pues he descubierto a alguien crédulo que actúa de buena fe, es una buena persona.
-Da imagen de fanfarrón.
-Es exhibicionista, que es diferente. Créame, es una buena persona.
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