Ensayo filmado o documental-performance, en todo caso cine-verdad haciéndose colectivamente sobre la marcha, La estafa del amor encierra en un teatro tenuemente iluminado a la cineasta-guía Gª del Pino, a un selecto y variado público, a la compositora e intérpretes Mursego y a los profesores y pensadores Esquirol, Lijtmaer, García y Roca i Girona para consagrar una suerte de seminario interactivo en vivo sobre el amor en sus distintas manifestaciones, del caduco gesto romántico a los encuentros y relaciones salidos de las aplicaciones de citas.

El gesto meta queda pronto disuelto y borrado por la elocuencia de los cuerpos y la palabra esencial que, a partir del famoso caso del estafador que sacó el dinero a sus víctimas enamoradas y su entrevista simulada, reflexiona en primera persona sobre las propias experiencias, errores y anhelos ante esa cosa llamada amor a la que cada cual otorga su sentido y que los filósofos tratan (en vano) de acotar conceptualmente.

La estafa del amor se abre a su discurrir polifónico e integra a su espectador como uno más de sus participantes. Tal es el mérito de una original experiencia fílmica donde el acto creativo se desplaza continuamente del autor a su público.