Futuro de la familia real británica

La crisis de la princesa de Gales se cierra con autoridad ¿qué sucederá ahora?

Kate Middleton, la princesa de Gales, en su vídeo de este viernes

Kate Middleton, la princesa de Gales, en su vídeo de este viernes

Algo tarde pero bien. Así se puede resumir la aparición de este viernes de la princesa Catalina informando de que padece cáncer y del que está siendo tratada, no se va a detallar nada más. A partir de ahora esta sinceridad debe dar paso al respeto y a la privacidad, aspectos que han faltado en las últimas semanas cuando la impaciencia por conocer la situación de Kate Middleton tras su operación abdominal de enero traspasaron el mal gusto. En las redes sociales las especulaciones conspiranoicas se acumulan hasta el desatino.

La reacción ha llegado algo tarde, apremiada cuando hace dos semanas, por el Día de la Madre en el Reino Unido, apareció una fotografía con retoques que decepcionó aún más a todos después de semanas de incógnita, sin imágenes y mutismo desde el palacio de Kensington. La imagen con la que se pretendía convencer del buen estado de la princesa (y no, no era así) terminó siendo contraproducente. Las agencias de noticias llegaron a retirar la foto con enfado.

La siguiente imagen fue un vídeo que acarreó aún más dudas. Se veían a los príncipes de Gales saliendo de la tienda de una granja de Windsor (creada por el duque de Edimburgo) y el delgado aspecto de la princesa y sus facciones hacía sospechar que era un doble quien se ponía en lugar de Kate Middleton.

La urgencia para comunicar una grave noticia como la de la princesa de Gales

Estas dos meteduras de pata de comunicación se sumaron a una tercera: personal de The London Clinic, donde fue intervenida la esposa del príncipe de Guillermo, habría accedido a su informe médico. La confidencialidad había saltado por los aires y podía ser filtrada. Al cabo de dos meses de la operación la única salida era que la propia afectada contara qué estaba pasando. Una medida en apariencia natural pero para el protocolo de palacio, extrema aunque necesaria. A raíz de esta aparición la persona más valorada de la familia real británica ha vuelto a tener todo el reconocimiento social del Reino Unido. Que la noticia fuera aún más grave de lo que se preveía (aunque tanto mutismo y caras largas por parte del príncipe Guillermo denotaban que sucedía algo más) ha noqueado a medios y particulares sobre lo que está pasando de puertas para adentro en Kensington y Buckingham.

El cáncer que sufre la princesa de Gales se ha unido al anuncio del pasado mes del rey Carlos III. Los dos matrimonios principales de la familia real están afectados de lleno por la enfermedad y eso carga la agenda de la reina consorte, Camila, y la del heredero, que se ve desbordado en apenas unos días por una presión con la que no contaba. La Historia parece acelerarse.

Kate Middleton ha tenido que acentuar en el apoyo de su marido lo que a su vez es un golpe de castigo y lamento sobre los medios que han ido cargando en la versión de que detrás de la ausencia de la princesa de Gales existía una grave depresión por la infidelidad de su esposo con una aristócrata. No es el momento de husmear en esa historia personal.

Las claves del vídeo de Kate Middleton

La solución de la crisis con un vídeo emitido en redes sociales para todo el planeta es significativo sobre la urgencia y la 'viralidad' que necesitaba una anuncio que parara una ola que afectaba a la credibilidad de la monarquía. Un vídeo con el que han conectado las cadenas de televisión y que ha tenido una producción profesional a cargo de la propia BBC para que tenga toda la compostura y rigor. Un vídeo que se grabó el miércoles en un ambiente de sosiego, con luminosidad, al aire libre de la primavera, mientras se 'oía' la tormenta mediática.

La princesa  se apartaba a un rincón del jardín y en el centro de un banco, mirando a los ojos de todos, confesaba la complicación de su situación personal y pronunciaba en un discurso sereno una palabra que nadie quiere oír. Todo un gesto de valentía como ha reconocido su propio suegro, el rey. Pantalones vaqueros y jersey blanco con líneas horizontales oscuras simbolizaba tranquilidad, cercanía y cordialidad: el tono de un mensaje tras tanta pataleta frívola sobre la princesa a lo largo de estas semanas. Un peinado ondulado y un maquillaje natural y necesario para que el aspecto de Catalina fuera el más favorecedor entre estas circunstancias y tantos rumores.

En la mente de la opinión pública, los tres niños, llamados a tener responsabilidades en un futuro. Es trascendental cómo vivan Jorge, Carlota y Luis esta dolorosa crisis familiar. La princesa también ha informado de que ellos son conscientes de lo que está pasando. La palabra cáncer ha dejado de ser mortal, pero acarrea en todo caso mucha intranquilidad y mucha preocupación que se extiende a su alrededor. Tratándose del rey y de la princesa consorte es una consternación que empapa todo lo que es la Corona. 

Son momentos difíciles que exigen total respeto, sin exigir más explicaciones, detalles, ni fechas. En un contexto de proximidad y redes sociales las monarquías contemplan a la británica como un ejemplo de cómo afrontar en estos tiempos vivencias personales muy dolorosas de los máximos representantes.

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