Pasarela

"Nunca he tenido problemas con mi lado femenino"

  • El conocido actor sevillano concluye mañana domingo las representaciones de 'Lisístrata' en el Festival de Mérida

Su versatilidad como intérprete ha sido la causa para que, el director Jérome Savary, le haya ofrecido el papel protagonista de Lisístrata, la función que, además de batir récord de entradas en su estreno, ha transformado a Paco León en una mujer de "bellísimas piernas" -según el mencionado Savary-, con la que, hasta mañana domingo, estará, a lleno diario, en el Festival de Teatro de Mérida. Un apasionante reto que nos permite acercarnos a este carismático actor que, el pasado 18 de marzo, fue padre de una niña de nombre Manuela y que, como un "Rey Midas" de la farándula, parece convertir en "oro" todo lo que toca. Ya sea en la televisión -donde recrea al famoso Luisma de Aída-, como en el cine o sobre las tablas, el sevillano es un valor seguro sea cual sea el proyecto donde se implique.

-¿Cómo es el proceso que sigue para meterse en la piel de Lisístrata? ¿Le resulta complicado?

-No. Soy muy poco místico interpretando. Para eso se ensaya mucho antes. Además, la "tele" te hace entrar y salir de los personajes con rapidez y yo sigo esa escuela. En cuanto a la caracterización, llevo casi dos horas entre peluquería, maquillaje, postizos… Hacer de chica tiene esos "inconvenientes" (risas).

-Sin embargo, hasta ahora, esta faceta se le conocía más por parodias que por personajes reales como éste… ¿Eso le ha condicionado un poco?

-Hombre, tiene sus diferencias, claro. En "Homozapping" llevaba textos casi improvisados y esto es una función teatral ya escrita. Las "Raquel Revuelta" o "Anne Igartiburu" que hacía eran unas "coñonas" y, Lisístrata, es una "tía" con dos "cojones". Literalmente, además (risas).

-¿Cuál es la moraleja final?

-Es una obra muy moderna que realiza reivindicaciones más allá de lo de la huelga de sexo para conseguir la paz. Constituye un alegato del amor libre, de la cercanía hacia los inmigrantes. Una declaración de principios actual en la que, al ser hombres y transexuales los que actuamos, existe aún más amplitud de miras si cabe.

-¿Le ha ayudado hacer de mujer a enfrentar mejor su lado femenino?

-Nunca he tenido problemas con él. No tengo que vencer ningún miedo y, en general, debiéramos eliminar los temores en este sentido. Conecto más con el juego del niño que se disfraza que con otras cuestiones metafísicas.

-¿Y qué referentes ha utilizado?

-Pues todos los que nos rodean. Mi madre, mi hermana o gente como Lola Flores. En eso consiste esta labor. Mi Lisístrata es racial y folklórica. Alguien con mucha fuerza y mucho carácter.

-Sólo se representa en el Festival de Mérida, ¿verdad?

-Sí. Son 51 personas sobre el escenario y, detrás, otro montón de gente. Mover un equipo de casi un centenar de integrantes es complicado y, aparte, yo ya tenía otros compromisos al terminar.

-Entonces, ¿no hay vacaciones?

-Bueno, algunos días pero con unos planes secretísimos que no se pueden decir (risas). Vamos, me iré a la playa y, luego, empezaré con algo de cine que tengo previsto y con la nueva temporada de Aída en noviembre.

-¿Le ha emocionado algo de lo que le han dicho?

-La verdad es que la crítica se ha portado muy bien. Han valorado el esfuerzo y, aparte de que se me conozca por la televisión, quiero emprender aventuras que demuestren que, Paco León, se identifique con una manera de hacer.

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