Al menos tres delincuentes están siendo buscados por la Policía Nacional desde el jueves pasado después de que asaltasen una sucursal de Marbella y se apoderasen de unos 100.000 euros que se encontraban en las cajas de seguridad. El modus operandi de los ladrones hace pensar a los investigadores que son expertos en estas lides y que realizaron tareas de vigilancia previas para conocer los hábitos de los empleados y trazar las posibles vías de fuga.
Fuentes policiales explicaron que el robo se produjo la mañana del pasado jueves en una sucursal de Solbank situada en la carretera N-340, a la altura del complejo urbanístico Nueva Andalucía.
Tres delincuentes armados esperaron en el exterior la llegada del primer empleado, hecho que se produjo a las 7.38 y que aprovecharon para encañonarlo y obligarlo a que abriese la entidad. Una vez en el interior de la misma, fueron hacia una serie de cajas fuertes que lograron abrir y en las que se ocultaba un botín aproximado de 100.000 euros. Tras hacerse con el dinero, abandonaron el banco con rapidez y antes de que más personal y clientes comenzasen a llegar.
Todo apunta a que contaban con la cobertura de una cuarta persona que esperaba en el vehículo en el que finalmente escaparon.
El aviso a la Policía Nacional lo realizó el empleado tras accionar la alarma de atraco conectada con las dependencias policiales y rápidamente se desplazaron hasta el lugar varias patrullas de la Comisaría de Marbella.
Efectivos de la Policía Científica realizaron la inspección ocular en busca de rastros, como huellas dactilares o muestras de ADN, que pudiesen colaborar en la identificación de los autores del robo; mientras que agentes de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que se han hecho cargo de la investigación, profundizaban en los testimonios recabados inicialmente.
El proceder de los delincuentes lleva a barajar como principal hipótesis de trabajo que se son personas que han asaltado más bancos y que realizaron un trabajo previo de recopilación de información para no dejar ningún detalle al azar, como la hora de llegada a la sucursal del primer empleado.
Además, eligieron una entidad situada en plena N-340 con numerosas vías de escape y sus movimientos fueron tan precisos como contundentes.
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