Málaga

Expertos destacan la falta de "legitimación" de hotel del puerto

  • Moreno Peralta, Asenjo y Alba exigen la redacción de un nuevo plan especial del puerto

Infografía del hotel proyecto en el dique de levante.

Infografía del hotel proyecto en el dique de levante.

ángel Asenjo, Salvador Moreno Peralta y José Alba. Tres nombres ligados de manera indisimulada al urbanismo, la arquitectura y las infraestructuras de la provincia en las últimas décadas y que ahora ponen su firma en un artículo en el que cuestionan de manera severa el actual modelo portuario, sustentando en propuestas que solo responden a "subrepticias razones económicas, justificadas en su origen, pero instrumentadas de una manera precipitada, opaca y, desde luego, desregulada". Un listado de iniciativas en el que incluyen el hotel de 135 metros planteado en el dique de Levante, cuya "legitimación" ponen en duda.

A su juicio, la "enorme incidencia" que supondrá su construcción, "marcando un antes y un después", debe estar justificada en "razones más sólidas que el recurso a su dimensión icónica", caso de su "excepcionalidad arquitectónica" o una "decisiva contribución al desarrollo integral de la ciudad". "La legitimación el proyecto (...) ha de derivarse de una insoslayable necesidad que no ha quedado demostrada, como tampoco los innumerables problemas funcionales que el complejo hotelero puede crear en un lugar de tan crítico acceso", detalla el escrito, publicado dentro del anuario de la Academia de Bellas Artes de San Telmo.

En el mismo, arremeten contra aquellos que han convertido este edificio en "icono" de la modernidad de la ciudad, llegando a comparar su efecto en la capital con el que supuso la Torre Eiffel de París. "No deja de ser una hipérbole surgida de un indisimulado provincianismo", sentencian, señalando que equiparar la Málaga actual con el París de 1889 "puede resultar una patológica manifestación de autoestima, más perniciosa aún que el proverbial derrotismo periférica en el que nuestra ciudad ha estado tanto tiempo sumida".

Si bien entienden que el impacto visual puede ser una de las razones de oposición al edificio, no puede suponer "una descalificación apriorística del parámetro altura (…) Tan provinciano puede ser apelar a la modernidad como simple justificación de un interés privado como caer en un conservadurismo reaccionario que no admita la condición esencialmente mutante y dinámica de las ciudades".

Pero el artículo amplía el foco para reclamar un nuevo plan especial de integración puerto-ciudad tras constatar cómo las últimas iniciativas conocidas para ocupar los espacios portuarios, caso del hotel, de la noria de 100 metros, de un centro comercial en Muelle 4, "no obedecen a ninguna programación de los sucesivos y confusos planes espaciales del puerto sino a subrepticias razones económicas, justificadas en su origen, pero instrumentadas de una manera precipitada, opaca y, desde luego, desregulada".

Por ello, apuestan por "repensar" el puerto, partiendo de la premisa de que los planeamientos urbanísticos del recinto han "perdido su vigencia". Para Asenjo, Moreno Peralta y Alba, se está actuando "con cierto aturdimiento, a impulsos de iniciativas particulares que no sólo no garantizan su última rentabilidad pública en términos urbanísticos (más allá de la rentabilidad privada) sino que se adscriben a modelos de intervención en los frentes de mar hoy completamente obsoletos".

Frente a esta dinámica, reclaman una alianza puerto-ciudad que gestione los suelos liberados "con criterios de máxima rentabilidad, pero entendiendo ésta en términos de valor añadido para la ciudad y no en un beneficio a corto plazo para saldar positivamente la cuenta anual de resultados del Puerto". Asimismo, apostillan que los beneficios de la participación del capital privado "no deben significar una privatización de lo que es un patrimonio colectivo".

Ese nuevo plan especial debe permitir al Puerto, a juicio de los autores, exponer cuál es su papel "estrictamente portuario" ante "la eclosión crucerista" y su relación con la estación de Alta Velocidad y el nuevo aeropuerto, mientras que la ciudad debe exponer "sus necesidades", partiendo de la base de que las intervenciones en el puerto repercuten sobre la red viaria de la ciudad. En la misma medida en que la ciudad debe adoptar decisiones sobre terrenos como Repsol, el Guadalmedina y el Campamento Benítez, "deberá hacer lo propio con los terrenos del puerto, asumiendo los usos portuarios y desplegando en los terrenos vacantes su idea de cuál es el verdadero proyecto urbano de la Málaga en el siglo XXI".

En el marco del ejercicio planteado por Moreno Peralta, Asenjo y Alba de repensar el espacio portuario, llegan a preguntarse si en la misma medida en que el Palmeral de las Sorpresas acabó siendo una extensión del Parque y el centro comercial Muelle Uno complementó al barrio de La Malagueta, no cabría la posibilidad de entender el suelo de Muelle 4 como "la extensión natural" del ensanche de la Alameda y el Soho. Pero "conjugado en términos urbanos del siglo XXI, con su mezcla de equipamientos singulares, zonas verdes, usos terciarios y residenciales, oficinas, despachos profesionales, entidades bancarias, administrativas, institucionales...". El planteamiento que realizan no es nuevo en su esquema de pensamiento, ya que hace casi una década ya pusieron sobre la mesa esta posibilidad. Frente a esta fórmula, el actual plan fija la ejecución de un complejo de oficinas y la previsión que manejan los gestores de la Autoridad Portuaria apunta más en la dirección de autorizar un gran centro comercial.

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