sanidad

Lecciones para no fallar en el quirófano

  • Residentes de Traumatología aprenden técnicas para operar la mano en brazos de cadáver

  • Los profesores enseñan de forma altruista

Concentrados sobre las mesas de disección, hacen una incisión en la muñeca para llegar a una lesión imaginaria. Luego, con un taladro, perforan el hueso para colocar los tornillos con los que fijarán la placa para reparar la fractura. Son residentes de Traumatología de los últimos años y ya han pisado muchas veces un quirófano. Aprenden técnicas para operar la mano. Y lo que se ve sobre las mesas impresiona: brazos de cadáveres sobre los que ensayan su pericia quirúrgica. Rafael López Arévalo, jefe de Traumatología del Hospital Quirónsalud Málaga, se arrima a uno de los grupos y corrige un error del especialista en formación. "Si no, te cargas la [arteria] radial", le dice. La actividad está organizada por el Grupo Andaluz de Cirugía de la Mano (GAMA) de la Sociedad Andaluza de Traumatología (SATO) con la colaboración de la Universidad de Málaga (UMA). Unos 30 residentes de toda Andalucía reciben formación de una quincena de experimentados traumatólogos, que realizan su labor docente de forma altruista. "Si no transmitimos los conocimientos, ¿quién va a tratar a nuestros hijos?", reflexiona Miguel Cuadros, traumatólogo especialista en miembro superior.

Una de las alumnas, Carolina Olofsson, explica su motivación para apuntarse al curso: "Porque practicas muchas técnicas sin dañar a una persona viva". A su lado Carlos Jiménez, taladro en mano, hace los orificios para los tornillos de sujeción. Luis Prado comenta que se ha apuntado a esta actividad formativa "de cara a que cuando tenga que hacerlo con una persona viva tenga menos miedo".

Víctor Smith -profesor de Anatomía de la UMA que colabora con el curso- explica que "la anatomía es el GPS del cirujano". Pero el camino está lleno de peligros y se trata de que las prácticas con cadáveres les ayuden a recorrerlo seguros de sí mismos. Juan Antonio Fernández, uno de los coordinadores del encuentro, matiza que los futuros traumatólogos "tienen un aprendizaje progresivo y siempre con supervisión van haciendo cosas cada vez más complejas para ir ganando autonomía a la hora de enfrentarse a un paciente". La actitud de docentes y alumnos refleja la pasión por su trabajo. Unos por enseñar, otros por aprender. Todos por operar y compartir conocimiento para poder curar. En cada grupo se ve además el imparable ascenso de la mujer en la Medicina. Mientras entre los profesores -que tienen más edad- predominan los hombres, entre los alumnos hay prácticamente paridad. Mayte Santos, del Hospital Regional, es una de las pocas docentes del equipo. "Yo fui una de las primeras traumatólogas de Málaga", comenta mientras supervisa lo que hacen los residentes.

Sobre las mesas hay alicates, taladros, tornillos, placas, agujas de sutura y otro instrumental que manejan con soltura. La actividad se desarrolla con la colaboración de las casas comerciales que aportan el material para las prácticas. Sabina Cañada, traumatóloga del Clínico y otra de las coordinadoras del encuentro, explica que desde la piel hasta lo más profundo de la mano, todo se puede lesionar. Así que los alumnos aprenden a reparar desde fracturas hasta lesiones en los tendones e incluso también a hacer colgajos de piel. Para enseñarles a suturar nervios, Alberto López, traumatólogo del Hospital de Antequera, ha traído un microscopio. Cuadros explica que esas intervenciones son de microcirugía y que el hilo de sutura es fino como un pelo.

La actividad docente va pautada con un guión y reforzada con vídeos desplegados en las paredes en los que los residentes siguen operaciones que explican las técnicas. Además, en cada práctica un traumatólogo experimentado hace una introducción para transmitir los trucos quirúrgicos a fin de que la intervención sea un éxito. Luego, el docente recorre cada mesa corrigiendo errores, evacuando dudas y alentando aciertos.

Cañada agradece a Felipe Luna, jefe de Traumatología del Clínico, y a María Ángeles Frasqué, coordinadora del GAMA, por el apoyo a la iniciativa. También a la Universidad, que cede la sala de disecciones de la Facultad de Medicina. Cuadros, uno de los traumatólogos más prestigiosos de Málaga en cirugía del miembro superior, recuerda que hace años los cursos no eran tan prácticos. Ahora, con los vídeos y la posibilidad de operar en cadáver, la formación es mejor. "Así pueden practicar en cadáver lo que luego tendrán que hacer en vivo", apunta Cañada. La actividad puede verse desde fuera con cierta aprensión, pero son lecciones para no fallar en el quirófano. Un objetivo que comparten docentes y alumnos y que seguramente agradecerán los pacientes.

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