Málaga

Limasa prueba nuevos proyectos para poder limpiar la cera de las procesiones

  • La empresa pretende reducir el gasto en esta tarea que cuesta cada año más de 300.000 euros

Si todo sale bien, la empresa mixta de limpieza de Málaga Limasa lo tendrá este año más fácil para retirar de las calles la cera que producen los cirios durante las procesiones de Semana Santa. El Vía Crucis del Nazareno del Paso fue el escenario elegido ayer para realizar la prueba de cuatro nuevos productos para tratar de reducir la adherencia de la cera derretida sobre el pavimento y favorecer su retirada.

Los cuatro ya se han probado en el laboratorio que Limasa tiene para ello en sus instalaciones de La Térmica, donde disponen de un muestra de los distintos tipos de suelo de las calles del centro. El concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, explicó que uno de esos cuatro productos ya se probó directamente sobre la calle Larios y "el resultado fue muy bueno".

Si los resultados de ayer vuelven a ser satisfactorios, el edil aseguró que el producto elegido se empezará a usar esta Semana Santa, aunque no se descartan hacer más pruebas hasta entonces.

Limasa lleva impregnando desde hace años diferentes calles del recorrido procesional oficial con sustancias químicas que preparan el pavimento para la cera. Pero la propia empresa reconoce que su eficacia queda sustancialmente reducida por las pisadas de los ciudadanos y las rodadas de los vehículos, en el caso de las calles semipeatonales, desde el momento en el que se echa en el suelo hasta el que pasan las procesiones.

Los nuevos productos que se probaron ayer, en cambio, tienen una composición diferente con la que se pretende mejorar la retirada de la cera, ya que mantienen su capacidad de aislamiento del pavimento a lo largo de toda la jornada procesional e independientemente de que la calle haya sido más o menos transitada. Las pruebas se llevaron a cabo en las calles Granados, la plaza del Carbón y las calles Echegaray, Duque de la Victoria y San Agustín, por las que transcurrió el Vía Crucis.

El objetivo es reducir el gasto, puesto que se estima que el coste total destinado a la retirada de cera es de 303.787,77 euros que desglosado implica unos 42.274,40 euros para la limpieza que se lleva a cabo durante la Semana Santa, otros 260.013,37 euros para la limpieza más exhaustiva que se hace con posterioridad y otros 1.500 euros que es lo que cuesta el producto antiadherente que se aplica en el pavimento. Esta iniciativa se suma a la que ya ha desarrollado la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) y que se centró en determinar la composición química que debe tener la cera de los cirios para que no se adhiera tanto al pavimento.

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