Málaga

Ojos de colores para 2008

  • Un calendario recoge las fotos realizadas por chicos de La Palmilla para un reportaje sobre la barriada

Un día se propusieron ser reporteros de su barriada y retrataron uno a uno todos sus rincones. Una veintena de chicos de La Palmilla obtuvieron unas imágenes que hablaban de un barrio desconocido por muchos, donde se vive en la calle, todo el mundo se conoce y echa un vistazo a los hijos de los demás. Donde todos los días se sobrevive.

El material no sólo ilustró el reportaje Reporteros de casa para La Palmilla, publicado en este diario el pasado día 26 de agosto, sino que ahora ha servido para montar un calendario para el próximo año 2008 que, de momento, puede descargarse a través de internet a través de la página web ojosdecolores.com.

Detrás de la iniciativa, la Asociación al Servicio de la Investigación y la Tecnología (ASIT) que mantiene las clases de refuerzo escolar, que nunca se quedan en la mera formación académica. Visitas a museos, clases de vela o informática son algunas de las actividades extra que desarrollan.

En la presentación del calendario, los chicos también recibieron diplomas y regalos por su labor detrás de la cámara, pese a que la mayoría era la primera vez que tenían una profesional en sus manos.

El acto también reconoció las tres fotografías más significativas de la veintena que se hicieron el día que los chicos se convirtieron en reporteros, el pasado verano.

El primer premio lo obtuvo una instantánea de Laura Aijbe, una chica de siete años y origen nigeriano, que retrató con maestría la cotidianeidad de La Palmilla al mostrar con gran sentido de la composición a un grupo de niños alrededor de un puesto ambulante de chumbos. Tarik Taibi capturó una difícil maniobra de su amigo Luis Callejón al hacer girar un trompo sobre su mano. La fotografía de Beatriz Navas se hizo con el tercer premio al retratar a Juan Manuel, Luis y Tarik posando sobre un gran pintada en la fachada de un edificio.

Rossmarie, Evelyn, Nerea, Indara, Anderson, Joaquín o Josué Walter son algunos de los chicos que hicieron de reporteros por un día: la zona de juegos, el campo de fútbol, las tiendas de comestibles, las pintadas... Su barrio, al que han llegado desde diferentes partes del mundo y que hoy cuenta con una de las mezclas nacionales más potentes de la capital: ecuatorianos, marroquíes, nigerianos gitanos o castellanos, todos palmilleros. Ellos son el futuro.

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