memoria histórica

Silencio quebrado ante la voz de la memoria

  • El respeto fue absoluto durante el acto institucional de homenaje a los fusilados en San Rafael durante la Guerra Civil

  • Más de 5.000 personas acabaron en fosas comunes

El silencio quedó roto cuando se alzó la voz de la memoria. El olvido se disipó al decir alto y claro que la guerra dejó tras de sí un reguero de tragedia demasiado grande, de víctimas sometidas a juicios militares dudosos, de fusilamientos ante la tapia del cementerio por cometer unos delitos que hoy son derechos fundamentales. Por reunirse, por pertenecer a un partido político, por sindicarse, por usar la libertad de expresión, por ser fiel a la República unos 5.000 malagueños, según han podido documentar historiadores y familiares, acabaron en las fosas comunes de San Rafael. Tras la exhumación de 2.840 cuerpos, el 11 de enero de 2014 se inauguró el monumento funerario que los recuerda. Y ayer, tres años después, se hizo el primer acto institucional de homenaje a los represaliados en el conflicto. Participaron en él todo el arco político municipal además de representantes de la Junta de Andalucía, sindicatos y asociaciones de familiares.

Primó el respeto mientras que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, introducía este acto pionero. Se daba así una "respuesta adecuada y digna a esta asignatura pendiente", al reconocimiento de las víctimas de aquel "momento de durísima represión". Cedió la palabra al profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga Fernando Arcas. "Hasta el más pequeño de los pueblos reserva un lugar, una plaza, un monumento a los héroes generosos en el combate, a los hijos caídos en la resistencia", dijo Arcas. Y estos hitos no hacen más que señalar al lugareño o al viajero "la dureza de la marcha de la historia".

En este mismo lugar, recordó el profesor, "1.100 víctimas nacionales fusiladas aquí fueron tras la guerra enterradas en una cripta de la Catedral dejando la memoria en las manos de los vencedores, de una de las partes del conflicto". No hubo, sin embargo, descanso digno para los masacrados en la carretera de Almería, para los que perdieron la vida "tras procesos judiciales sin las mínimas garantías", para los que fueron arrojados en fosas comunes, para los que murieron lejos en un exilio sin retorno.

Como señaló Fernando Arcas, con la llegada de la Universidad se hicieron las primeras listas de ajusticiados y ya son dos generaciones de investigadores junto con el movimiento social de los familiares los que han intentado arrojar luz sobre este oscuro hecho del pasado reciente. "Después de un vacío de 77 años había que restablecer la justicia histórica", aseguró Fernando Arcas y añadió que "la memoria es el presente del pasado" y que actos como el de ayer son un encuentro con el "holocausto" sufrido en Málaga.

De la Torre intervino nuevamente para invitar a "luchar contra el silencio y el olvido". Recordó que "hubo víctimas de los dos bandos y el dolor de unas y otras tiene que ser capaz de sumarse en la concordia" y señaló que la pirámide funeraria, que será eje central del futuro Parque de la Memoria, representa "un espacio digno y noble para las víctimas que estaban enterradas de forma innoble en fosas comunes".

Una corona de laurel, claveles y rosas depositados en el monumento cerraron un acto que no dio voz a la Asociación contra el Silencio y el Olvido. Aún así, su presidente, José Sánchez Gallardo, comentó a los periodistas que "ya en 2008 en un pleno del Ayuntamiento se adopta el acuerdo de todos los partidos de instaurar un día de homenaje a los represaliados". Y agregó que "aquello se quedó aprobado pero sin ejecutar y en 2016 se retoma el acuerdo" y se hizo coincidir con la fecha de inauguración del monumento en 2014. "Hemos conseguido con este acto que no haya un solo partido en Málaga que no reconozca y no rinda homenaje a estas personas", declaró Sánchez Gallardo.

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