TRAS unos años en los que el PSOE de Málaga podría haber publicado un libro sobre cómo dilapidar el talento político y los más notables recursos humanos, es obligado pararse esta semana en el regreso de Rafael Centeno de su injusto purgatorio. Ha tenido que ser Luciano Alonso quien rescate al valiente político de Genalguacil para el importante (y sin duda disputado) cargo de consejero delegado de Turismo Andaluz, una golosina tras años de amargo aislamiento. Muy a su pesar, Centeno fue protagonista hace ya siete años de uno de los mayores esperpentos a los que ha asistido la política andaluza. Hizo una broma privada algo absurda, más políticamente incorrecta que otra cosa, pues el contenido en parte era correcto si se analiza con frialdad, pero tuvo la mala suerte de que unos micrófonos la grabaron. Se desató entonces la cacería que ya conocemos, la trampa a un diputado popular que pasaba por allí y al que un potente grupo mediático quería ajusticiar, hasta que el noble Centeno tuvo que admitir que la desafortunada frase procedía de sus labios y presentar la dimisión.

Desde entonces, ha trabajado tanto o más que antes por Málaga. Aunque desde la que se podría considerar trinchera contraria. Como jefe del servicio de Educación del Ayuntamiento, Centeno ha batallado tanto o más que muchos de los concejales del PP con la Junta de Andalucía. Ha conseguido el arreglo de muchos colegios e impulsado la construcción de otros, y aunque desde la distancia contemplaba con tristeza la desintegración interna y externa de su partido, pocos hay como él tan comprometidos con el socialismo. Ahora vuelve al frente, donde siempre debió permanecer, y aunque pretenda que su nombramiento se mantenga en el anonimato y no haga mucho ruido, es inútil. Tiene demasiados amigos contentos por él y por su partido, aunque se irrite.

nade usted mañana

La apuesta del Ayuntamiento en los últimos años por los equipamientos y acontecimientos deportivos es destacable, a pesar de los torpedeos de la Junta en los tiempos en que Deportes era competencia del PA. Un ejemplo (negativo) de esta colaboración institucional está en el estadio de atletismo, cuyas obras han quedado abandonadas por temporadas y todo un catálogo de desastres con las subcontratas. Pero a lo que íbamos, el equipo formado por Elías Bendodo y Antonio Jesús López Nieto ha funcionado correctamente. Ahora han decidido privatizar la gestión de los complejos deportivos municipales con piscina para mejorar la gestión. Y aunque a priori pueda dar cierto repelús a vecinos y usuarios, la intención es mejorar un servicio con serias lagunas. La principal es que el día en el que la mayoría de los malagueños descansan (domingos o festivos), no abren las instalaciones deportivas municipales. ¿Por qué? Cuestiones de rigidez laboral o de falta de eficiencia, ambas inaceptables en una ciudad de este tamaño.