Málaga

La abuela acusada de maltrato dice que aplicaba medicina china

  • La mujer afirma en el juicio que las marcas halladas en su nieto de 7 años en febrero de 2008 eran secuelas de la acupuntura y otros métodos tradicionales asiáticos

La abuela china acusada de malos tratos a su nieto de 7 años argumentó ayer en una accidentada vista oral que las marcas que presentaba el menor y que fueron detectadas primero en el colegio y después en el centro de salud eran secuelas de los métodos que se utilizan en la medicina tradicional china. Tanto la imputada como los padres y otros familiares del niño afirmaron que los pinchazos y signos de golpes y pellizcos eran coherentes con las huellas que dejan prácticas como la acupuntura y otros métodos tradicionales de China que habitualmente se practicaban en el domicilio.

La mujer trató de explicar que estos sistemas son "eficaces" cuando los niños sufren vómitos, una tesis que reiteró su yerno y padre del menor, de origen asiático pero nacionalidad española, quien precisó que siendo niño también había sido sometido a estas prácticas cuando sufría una "insolación", término genérico con el que aludía a un cuadro de vómitos, fiebres y náuseas.

Según la tesis que mantiene la Fiscalía, el pequeño tenía en torno a un centenar de pinchazos en el dorso de una mano, así como arañazos en el cuello y marcas de haber recibido alrededor de 25 golpes con un objeto similar a una vara en las piernas, glúteos y abdomen. A las escasas preguntas que pudo realizar la defensa durante la vista oral, la acusada, Ying Song, trató de justificar que pinchaba agujas de acupuntura en la mano, mientras que en el cuello y el resto del cuerpo le aplicaba un utensilio de cerámica que podría haber originado esas señales. Además, admitió que los pellizcos también forman parte del sistema tradicional chino.

Los hechos fueron descubiertos por un profesor del colegio de la capital al que asistía el menor, que observó los pinchazos en una mano, además hinchada, y rasguños en el cuello. Éste avisó al jefe de estudios y ambos telefonearon a los padres y acudieron con el menor al centro de salud de Puerta Blanca. La médica que los atendió explicó ayer ante el tribunal que el pequeño presentaba en torno a cien lesiones producidas por agujas en el dorso de una mano, así como hematomas en el cuello y los brazos previsiblemente originados por pellizcos, mientras que en la parte inferior del cuerpo descubrió en torno a 25 lesiones "simétricas y de estructura lineal precisa" que previsiblemente tuvieron que ser ocasionados por un "objeto contundente y alargado". Esta testigo indicó que bajo ningún concepto estas heridas podían haber sido accidentales. También afirmó que el niño reconoció que habían sido realizadas por su abuela.

La defensa de la acusada trató de hacer ver que estas marcas son secuelas propias de los métodos tradicionales chinos. No obstante, sus preguntas tanto a la acusada como a los testigos en la vista oral fueron severamente analizadas por el titular del Juzgado de lo Penal número 3 y en un número excepcionalmente alto fueron consideradas inadecuadas.

En este sentido el abogado defensor, Andrés Gálvez, no pudo preguntar a la acusada las técnicas que se aplican en la medicina china o a la doctora de Puerta Blanca si las consideraba compatibles con los métodos tradicionales asiáticos. Tampoco se consideró pertinente que el padre del menor explicara si las lesiones que el niño de 7 años tenía en las piernas, glúteos y abdomen eran compatibles con un palo, aunque la madre del niño sí explicó que desde su punto de vista no eran producto de golpes con una vara.

La Fiscalía pide para Yong Song un año de prisión sustitutiva por la expulsión del país con prohibición de regresar durante 10 años, ya que no tiene regularizada su estancia, a pesar de que vive en España desde hace unos seis años con su hija, con documentación comunitaria, su yerno, de nacionalidad española, y el niño presuntamente agredido y sus dos hermanos. De hecho, durante este tiempo la mujer se ha ocupado de cuidar a sus tres nietos, según reconocieron los padres del menor.

El juicio, no obstante, fue suspendido ayer y se reanudará el próximo 24 de febrero. El aplazamiento de la vista obedece a la incomparecencia de los abuelos paternos y un tío de la víctima, que se encuentran de viaje en China, así como del médico forense.

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