Málaga

Los casos de esclerosis múltiple se han duplicado en los últimos 15 años

  • En Málaga hay más de mil afectados · Una unidad especializada del Hospital Carlos Haya hace un seguimiento periódico de los pacientes, ya que según los neurólogos es esencial el tratamiento precoz

Los nervios por los que viaja la información que necesitamos para ver, hablar, caminar o comer están recubiertos por la mielina. La estructura es similar a la de un cable de la luz: el nervio sería el cobre y la mielina el plástico que lo envuelve. En la esclerosis múltiple, el cuerpo no reconoce como propia la mielina y la ataca como si fuera una bacteria. A veces sólo se carga la envoltura y otras, hasta la propia fibra. "El resultado es que se destruye el mecanismo de transmisión de las órdenes del sistema nervioso", explica el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Carlos Haya, Óscar Fernández. Por ejemplo, al caminar sabemos que hemos puesto el pie en el suelo sin ni mirar hacia abajo porque hay mecanismos nerviosos que devuelven la información al cerebro. Pero si los cables fallan, la función no se puede realizar. Y eso es lo que pasa en la esclerosis múltiple, que la información no llega o llega tarde.

En la provincia de Málaga hay más de 1.000 personas que padecen esta enfermedad. El número de casos se ha duplicado en los últimos 15 años al pasar de una tasa de 50 enfermos por 100.000 habitantes en 1992 a unos 100 en la actualidad. Los especialistas achacan este aumento a un mejor diagnóstico y al incremento generalizado de la enfermedad en todo el mundo desarrollado.

La patología es muy diversa. Puede provocar trastornos leves o condenar a una persona a una silla de ruedas. Como la mayoría de las enfermedades autoinmunes -que son aquellas en la que el cuerpo se ataca a sí mismo- la padecen más las mujeres que los hombres en una relación de dos a uno.

La esclerosis múltiple no mata, pero no es una enfermedad banal. "La vida no se acorta, pero da mala calidad de vida", sostiene Fernández. Según a la envoltura de qué nervio ataque, así serán sus consecuencias. Si la lesión aparece en el nervio óptico, los efectos pueden ser desde vista borrosa o doble, hasta ceguera. Si ocurre en los que controlan la motricidad, causa desde alteraciones en la marcha a paraplejia. También puede provocar problemas para hablar o tragar si los afectados son los nervios involucrados en esas funciones.

Este último es el caso de Angelines Fernández, que tiene afectada el habla, pero puede caminar. Ella hace rehabilitación en el gimnasio de la Asociación Malagueña de Esclerosis Múltiple. Su fisioterapeuta, Trinidad Bautista, explica que aunque en estos pacientes los músculos están sanos, la falta de uso debido a los problemas neurológicos de la enfermedad acaba atrofiándolos. "Los fármacos frenan los brotes y la rehabilitación combate la rigidez muscular", aclara.

Aunque la patología es un mazazo, en la actualidad hay un arsenal terapéutico que permite contenerla con más eficacia que hace una década. Además, en los 90 tardaba unos siete años en diagnosticarse. Ahora apenas pasa un año desde que el enfermo cuenta los primeros síntomas a su médico de cabecera hasta que un neurólogo certifica el diagnóstico.

Fernández aclara que el tratamiento precoz de la patología es esencial en su contención. La Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Carlos Haya -la única de la provincia- realiza controles cada cuatro meses a los pacientes para conocer la evolución de su caso. Y es que aunque un enfermo sólo advierta los brotes más fuertes, las resonancias magnéticas llegan a recoger hasta una decena de picos asintomáticos. La patología es un duro golpe no sólo por su gravedad, sino también porque afecta a personas jóvenes. Generalmente aparece entre los 30 y los 40 años.

El hospital malagueño participa en una investigación para determinar si existe un factor genético en la respuesta -favorable o no- a los tratamientos. Así, explica Fernández, no se perdería tiempo en administrar a pacientes fármacos a los que no van a responder y se podría empezar de inmediato a buscar nuevos tratamientos.

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