Cada prótesis de mama se identifica con un número y pertenece a un lote. Incluso se detalla si corresponde al pecho izquierdo o derecho porque no siempre las operaciones se hacen por razones estéticas -en las que se ponen dos implantes- sino que a veces de coloca solo uno cuando a la paciente se le extirpa una mama por un cáncer. Pero aunque cada prótesis está muy bien identificada no hay un registro que permita llevar un control exhaustivo de los implantes mamarios, sean por estética o por cuestiones de salud. Por ello no se puede saber cuántas mujeres hay en la comunidad autónoma con prótesis PIP.

El presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Sacpre), Javier Fregenal, al hilo de la polémica por las prótesis PIP, aboga por que se cree un registro nacional para un mejor control en estos casos. Al igual que otros especialistas, Fregenal entiende que los cirujanos plásticos también son afectados. "El fraude lo comete el fabricante porque para ahorrarse costes utiliza una silicona de menor calidad no autorizada para implantes", argumenta. Pero para Fregenal con esta polémica se ha generado demasiada alarma social. En su opinión, que las prótesis PIP sean de peor calidad no significa que sean nocivas. "Hay que ver si son nocivas y si son suficientemente perjudiciales para pasar por otra operación", opina.

Como ejemplo para que todo el mundo comprenda la polémica, el presidente de la Sacpre dice que si un restaurante vende agua mineral no apta para el consumo humano porque no reúne la calidad necesaria no es lo mismo que si contiene mercurio.