La Diputación Provincial acaba de iniciar el expediente para retirar a Juan Barco la cesión del edificio de la plaza del Siglo, en el que exhibe su colección privada bajo el nombre de Centro de Arte Taurino desde principios de 2015. La decisión de rescatar el inmueble fue anunciada el pasado diciembre por el equipo de gobierno del Partido Popular, después que el área de Cultura emitiera un informe en el que se constataba el impago por parte del concesionario del canon anual de los años 2015 y 2016, al que estaba obligado por contrato, así como de los gastos del suministro eléctrico, agua y el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). En total, la deuda confirmada por la institución se eleva a 153.658,25 euros.

El pasado 17 de enero el área de Contratación de la institución procedió a formalizar el inicio de expediente de extinción del acuerdo de concesión demanial del antiguo Patronato de Turismo, que una vez que concluya obligará al privado a abandonar las instalaciones en el plazo de 15 días. Además se ejecutará la garantía depositada a la firma del contrato, del 3% sobre el valor del edificio -5,1 millones de euros- para hacer frente a la cantidad adeudada. El impago del canon anual y de los suministros supone un "incumplimiento grave" de las condiciones de la cesión, lo que abre la puerta no solo rescate de la concesión sino también a futuras sanciones económicas que pueden oscilar entre los 2.000 y 30.000 euros. El concesionario del también conocido como Museo Taurino tiene ahora un plazo de diez días desde que reciba la comunicación para hacer alegaciones y presentar la documentación que considere oportuna.

En mayo de 2015 fue cuando formalmente la concesión demanial del inmueble recayó sobre la Diputación (hasta esa fecha el edificio era propiedad del extinto Patronato de Turismo de la Costa del Sol), pero cabe recordar que no fue hasta seis meses después, en noviembre, cuando el coleccionista privado hizo frente a la garantía obligatoria para regular la situación del museo. Antes, en septiembre de ese mismo año ya salieron a la a la luz ciertas irregularidades porque Juan Barco había cedido a dos empresas la explotación de la tienda y del restaurante habilitado en la terraza, algo también prohibido en el pliego de condiciones.