Málaga

El 'cuponazo' de la ONCE deja más de 10 millones en Benaoján

  • La mayoría de las familias pagará deudas Una de las premiadas tuvo dudas de comprarlo por su situación económica

El cuponazo de la ONCE del viernes dejó 10,5 millones de euros en la localidad de Benaoján, en la que el vendedor, Miguel Lora, vendió 51 décimos que resultaron agraciados, entre ellos, uno poseedor de la serie que le otorga un premio especial de 9 millones de euros. Tras conocerse la noticia, rápidamente se fue produciendo una explosión de alegría que hizo que algunos de los afortunados hasta se levantasen de la cama para irse a celebrarlo por el municipio. "Algunos han estado casi hasta esta mañana [por ayer]", explicaba una de las premiadas, entre ellos, el agraciado con el premio especial, aunque ayer rehusó hacer declaraciones a los medios.

Uno de los lugares en los que ayer continuó la celebración por parte de los afortunados fue en la Estación de Benaoján. Y es que en el bar Stop se vendieron 22 de los cupones agraciados entre los clientes, lo que provocó que Anita, propietaria del local, cumpliese su promesa de bajar la botella de 5 litros de anís que tenía en la estantería y que tenía prometido que abriría cuando tocase la lotería, para lo que ha tenido que esperar 15 años. "Cada vez que me decían que bajase la botella les decía que no se abría hasta que no tocase la lotería", explicaba Anita mientras celebraba el premio junto a otros premiados en el bar La Cantina, a cuyos propietarios también les sonrió la suerte y brindaron con vino tinto para celebrar el cuponazo.

Precisamente, su responsable, Rosa Montes, fue la primera en apuntar el número 93624 y descubrir que les había tocado, tras un primer momento en el que creyó que únicamente tenían el reintegro. "Me puse muy nerviosa, me temblaban hasta las piernas y me fui corriendo a decírselo a la vecina", explica Rosa. En un primero momento su marido y sus vecinos creyeron que era una broma, pero tras comprobar que era cierto se desató la alegría. "Este dinero no es para cantar victoria, pero es un respirito", decía Rosa.

La mayoría de ellos reconoce que los 30.000 euros del premio les vendrán muy bien para pagar algunas deudas o poder llevar mejor los negocios que tienen abierto en tiempos de crisis. La propia Anita es una de ellas, que ayer había decidido trabajar para atender a los invitados de un bautizo, aunque habitualmente los sábados no abre. "Como la cosa está mala, decimos hacer el bautizo", explica.

Otra de las afortunadas, María Ángeles Benítez, que junto a su marido tienen un ferretería en la localidad, utilizarán el premio para pagar la furgoneta que tienen y algo de la hipoteca. En su caso, fue el camarero del bar al que acude a recoger su cupón el que le llamó cuando ya estaban acostados para decirles que lo mirasen que igual tenía algún premio. "Así da gusto levantarse", afirmó María Ángeles.

Además, entre los premiados también hay personas que vivían una situación económica realmente complicada, como el caso de María, que prefiere no decir su apellido pero que accedió a contar su encuentro con la diosa fortuna, que estuvo muy cerca de esfumarse entre sus manos.

María compró su décimo al acudir a la pescadería a comprar dos jureles ya que "tengo que mirar por el poco dinerito que tengo", tras lo que se encontró con el vendedor de la ONCE y le pidió un cupón y al decirle que costaba 3 euros estuvo a punto de devolverlo, aunque, tras un instante de duda, decidió comprarlo. Y eso que reconoce que habitualmente no suele jugar esta lotería y confiaba su suerte a otras más económicas y con las que buscaba poder paliar su situación económica, que le obliga a vivir en una vivienda en la asegura que tiene goteras. Ayer, con lágrimas en los ojos, María casi no podía contar su historia.

Los premiados con los que pudo hablar este periódico coincidieron en agradecer al vendedor, Manuel Lora, la suerte que les había traído. Precisamente, Lora se quedó con uno de los cupones premiados y ayer junto a su mujer mostraba una doble satisfacción, la de poder haber ayudado a un buen puñado de sus vecinos y a él mismo. "Ha caído muy bien repartida", decía Lora, tras lo que explicaba que la gran mayoría de los premiados son clientes habituales y a los que vendrá muy bien el dinero.

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