laboral Concentración en Málaga del personal de la aerolínea

Los otros damnificados de Spanair

  • Los afectados por el cerrojazo de la aerolínea piden el despido para pasar al desempleo · Ahora, con un permiso retribuido no pueden buscar otro trabajo ni apuntarse al paro

Cuando media España clama por un trabajo, ellos piden que los despidan. No están locos. Los trabajadores de Spanair han quedado en un limbo laboral. Disfrutan de un permiso retribuido, según les ha comunicado la aerolínea a través de una carta. Pero eso supone que no están despedidos, no pueden buscarse otro trabajo, ni pueden pasar al paro. Ayer casi la totalidad de los 61 empleados que la compañía tiene en Málaga se concentró en el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso para expresar su repulsa al cierre, exigir el despido y denunciar una posible maniobra de la empresa para deshacerse de los trabajadores de tierra. A última hora de la tarde, se supo que Spanair ha informado de un ERE al Ministerio de Trabajo, pero aún no lo ha presentado oficialmente.

A una trabajadora se le saltaban las lágrimas. No quería dar su nombre, pero contaba que tenía dos hijos, "una hipoteca importante" y su marido con un trabajo con alfileres en la construcción.

María Luque también tiene niño, hipoteca y una pareja con un contrato de un mes después de siete de desempleo. Era coordinadora de vuelos en Newco, la empresa que gestionaba los servicios de asistencia en tierra de la aerolínea. Llevaba 10 años en la empresa. De golpe y porrazo está sin trabajo, como el resto de sus compañeros. El permiso retribuido la deja en atada de pies y manos para buscar una salida laboral. "Mientras estemos así no podemos cobrar el paro, pero tampoco podemos trabajar en otro sitio", explica. María agradece la solidaridad de los pasajeros y el apoyo de los trabajadores de otras compañías. De hecho, ayer a la concentración se sumaron otros empleados de la terminal aérea.

La protesta, convocada por CCOO, comenzó sobre las 10:00 de la mañana y se prolongó en torno a una hora. No tenía permiso. Pero se desarrolló de forma tranquila, ante la atenta mirada de una veintena de policías nacionales.

"Queremos currar. No al terrorismo empresarial", rezaba una pancarta desplegada ante las oficinas de la compañía en la T3 del aeropuerto malagueño. Otra denunciaba "Spanair, esquiroles, cerráis las bases y os cambiáis de nombre". Armando Oliver, representante de CCOO, explicaba que sospechan que el cierre de la compañía esconde "una fórmula encubierta" para reducir costes y que después la empresa surja con otro nombre.

La ventanilla de Spanair ayer estaba abierta. Las trabajadoras que saben que se quedan sin empleo atendían debidamente a los pasajeros, damnificados como ellos. José Manuel García había sacado vuelo para Berlín a finales de febrero. Iban un grupo a ver a un amigo. "Los planes se nos han jodido", resumía.

También se le ha fastidiado el plan a Ignacio Ramos, trabajador de Newco. Llevaba ocho años trabajando en la compañía. Hace poco se presentó de forma voluntaria a un ERE. Proyectaba irse a Punta Cana, donde lo espera su novia. Sin hijos y sin hipoteca no tenía ataduras. Ahora sí. No trabaja, no está despedido y no tiene indemnización.

"Con esta manifestación queremos denunciar la gravedad en la que nos encontramos. Sabemos cuándo nos van a cobrar la hipoteca y la luz, pero no sabemos cuándo vamos a cobrar el sueldo", argumentaba Fernando Mostazo, delegado sindical. Oliver apuntaba que la situación laboral en la que está la plantilla "no es una salida para que vislumbren una salida al túnel. Es hasta restrictiva porque los trabajadores no pueden moverse".

La compañía ya aplicó tres expedientes de regulación de empleo en Málaga. El último, hace un par de semanas. Mosin Hmani, que llevaba 12 años en Newco no tiene hijos, aunque sí una hipoteca de 400 euros mensuales. En abril de 2011 ya le redujeron el horario de trabajo con el correspondiente recorte salarial. "Obligado", aclara. Ahora confiesa que no saben qué hacer para poder pasar al desempleo porque en realidad ya son parados.

En la concentración también estaba Francisco Jesús Rovira. Tiene una hija, una hipoteca de 400 euros al mes y una mujer que trabaja a media jornada. "Ella ya está haciendo cuentas de cómo vamos a salir adelante", admite. Irene Morente, presidenta del comité de empresa de Newco en Málaga -con hipoteca y 13 años en la compañía- llamaba la atención sobre el hecho de que los pilotos de la aerolínea no estén protestando. Ella, como otros trabajadores, sospechaba que quizás ya tengan un acuerdo para pasar a la catalana Barcelona Airlines.

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