En los últimos quince años se han producido una docena de accidentes en las proximidades del aeródromo Leoni Benabú. Con la pareja de ocupantes de ayer, han fallecido una decena de personas. El más trágico fue en 2003 cuando murieron cuatro personas de Vitoria a los pocos minutos de que la avioneta despegara. En abril de 2012 dos personas murieron de la misma forma, tras levantar el vuelo de la pista de El Trapiche. En 2013 un hombre de 62 años también resultaba herido cuando comenzaba el ascenso. También en 2003 hubo dos heridos cuando la avioneta perdió una hélice y ese mismo año, uno de los tres ocupantes de otra aeronave tuvo que ser trasladado al Hospital Comarcal de la Axarquía en un aterrizaje de emergencia. En 2007 hubo dos heridos graves en un nuevo accidente, y en 2008 otros dos, sin víctimas. Precisamente fue con el último accidente, en 2013, en el que murieron dos tripulantes en un Yak 52 cuando los miembros del Real Aeroclub de Málaga aseguraron que el análisis de los informes sobre los accidentes en el aeródromo en los últimos diez años determinaba que no existía una causa común de los mismos o un factor importante, caso de las instalaciones, la orografía o el clima de la zona. "En la mayoría de los casos, hablamos de errores humanos que han tenido consecuencias fatales", subrayaron entonces al tiempo que aseguraron que "cada vez que sucede un hecho desgraciado no queda otra que poner todo en revisión e intentar sacar en claro qué es lo que está sucediendo y poner remedio a cualquier ocasión futura que se pueda presentar". Si bien en aquella ocasión, los tripulantes eran experimentados y podrían estar practicando algún tipo de acrobacia, por ello, como medida preventiva, se prohibieron este tipo de vuelos.