Málaga

La familia y cinco más

  • Bullicio y risas en el bautizo de los trillizos y mellizos de los hermanos Zúñiga en Nueva Málaga

Los trillizos Pablo, Álvaro y Miguel Ángel, de 10 meses, llevaban zapatitos azules y calcetines beige; sus primos, los mellizos Alberto y Manuel, de seis meses, calzaban zapatos beige y calcetines azules. Era la única nota discordante de un vestuario elegido con esmero para un día muy especial: El bautizo de los cinco niños de la familia Zúñiga, de los hermanos Miguel Ángel, el padre de los trillizos, y Antonio, el de los mellizos. Los pequeños, de brazo en brazo, se portaron de maravilla y no soltaron ni una lágrima, ni siquiera al sentir el agua bendita que recibieron del párroco de la iglesia de Santa Ana y San Joaquín, en Nueva Málaga.

Las madres y cuñadas, María del Carmen e Isabel, han sido las encargadas de organizarlo todo y decidieron lanzarse a un bautismo múltiple para ahorrar. Bastantes gastos tienen ya a diario. Los trillizos necesitan entre 400 y 450 pañales al mes, y su madre, técnico de emergencias sanitarias en excedencia para cuidar a sus retoños, agradece el programa de La Caixa que les da dos cheques por niño de 50 euros al mes. Puede disfrutar de esta ayuda durante tres años. Luego está el cheque bebé y las ayudas de la Junta (2.400 euros) y el Gobierno (4.200 euros).

Miguel Ángel, María del Carmen y los trillizos viven en Cártama; Antonio, Isabel, los mellizos y el pequeño Antonio, de 3 años y ayer casi tan protagonista como sus hermanos, en Benajarafe. La parroquia de Nueva Málaga es la que les ha buscado un hueco para los cinco bebés. Tras el oficio religioso, alegre y con cinco pares de padrinos con los niños en brazos, la familia se desplazó a Torremolinos para la celebración.

Los niños han cambiado la vida de sus padres. Isabel, por ejemplo, que trabaja en una imprenta, deja a los mellizos en la guardería que tiene la Diputación en Martiricos y su marido, que es policía local, se encarga de dejar al pequeño Antonio en el colegio. Llegan a casa a las cuatro de la tarde y entonces, "zafarrancho". Manta al suelo y todo son "pañales, llantos y si hay mocos, mocos para todos". Por supuesto, la ropa se compra a granel.

María del Carmen relata su día a día con el pequeño Miguel Ángel en brazos, empeñado en agarrar el micrófono y el bolígrafo de los periodistas que hablaban ayer con su madre. Lleva a los trillizos a la guardería por la mañana y tiene la ayuda de su hermana. "Ahora estoy aprendiendo a comprar por internet".

¿Se animaría a tener más niños? Su marido a veces le plantea que quiere una niña, pero ella lo tiene claro: No.

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