Málaga

"Hay que quitar todos los autobuses de la Alameda; parece un pueblo"

  • Gordo subraya la necesidad de construir el intercambiador de La Marina y de peatonalizar este espacio de la ciudad · Elogia al actual alcalde y a Carolina España, de la que dice tiene cualidades para ser alcaldesa

A José Gordo se le conoce en los últimos años por su labor como director de Tráfico y Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, pero su trayectoria política es muy anterior. Se afilió a la entonces Alianza Popular en 1982, para después concurrir por vez primera en unas elecciones municipales como número 13 en Málaga capital, ciudad de la que fue concejal en 1987. También fue edil en Vélez en 1991. Ahora, tras casi 30 años de actividad política, se jubila.

-¿Y a qué se va a dedicar ahora, después de tantos años vinculado a la política?

-Yo digo que nada, pero eso supone muchas cosas, supone tener tiempo para leer, para viajar, para estar con mi mujer, para ir a Barcelona y visitar a mi hija y mi nieta... Me voy a dedicar a vivir. Y seguiré, por su puesto, las cosas que se hagan en el Ayuntamiento. Siempre he estado encantado en mi trabajo, menos un tiempo que estuve en Medio Ambiente y fue cuando tuvimos la huelga de limpieza. Era una maniobra desde Madrid para ver si se cargaban al alcalde, porque no les gustaba lo que proponía. Pero cuando volvió a ganar las elecciones la cosa fue muy bien.

-De ahí usted pasó a Tráfico.

-Fue curioso, porque sonó el teléfono y era Javier Berlanga [exconcejal de Tráfico] quien llamaba. En ese momento le dije a mi mujer que iba a Tráfico, antes de que me lo dijese.

-De todo su periplo en política, ¿con qué se queda?

-Recuerdo el día en que llegué al distrito de El Palo. Ese día iba a haber una huelga en el mercado por el intrusismo. La cosa estaba muy dura y les dije a los comerciantes que me dejasen tres días para solucionar el problema. Confiaba en que mi buen amigo Antonio Cordero, que era responsable de la Policía Local, me echase una mano. En efecto, me ayudó y al día siguiente aquello estaba solucionado. Me paseaba como un pavo por el mercado. Y recuerdo con especial cariño todo el tiempo que he estado con Carolina España, ha sido un verdadero placer. Es verdad lo que ella cuenta de que fui su maestro, porque le enseñé muchas cosas y le dije que pidiera el área económica porque era capaz de llevarlo.

-¿Ve a Carolina España como alcaldesa el día de mañana?

-Ahora que estoy jubilado y no me ata nada puedo decir que he soñado con que fuese alcaldesa. Siempre he considerado que sería una gran alcaldesa para Málaga. Los actos de Carolina son de una persona que ha llevado muy bien sus responsabilidades y sé que va a llevar muy bien Turismo, porque tiene un encanto especial, el que tienen que tener los gobernantes. Yo le pedí a Celia Villalobos que llevase a Carolina a El Palo. Estando un día en el coche de mi hija, Celia me dijo: 'Esta chica sirve'. Los que llevamos muchos años en política sabemos que los escalones no se suben de dos en dos y le dije: 'Esta chica los va a subir de uno en uno, pero escalón que suba no lo bajará'.

-Cuando usted era miembro de AP, ¿se imaginaba lo que ha llegado a pasar ahora, con un PP que arrasa en la provincia?

-Ni en estas municipales ni en las generales. Cuando me afilié e íbamos por los pueblos para hacer las listas alguna gente mayor le decía a otra: 'Siéntate aquí que tú siempre has sido facha'. Era muy complicado trabajar... Estando ya de concejal fue cuando se produjo el cambio de AP a PP. Siempre he dicho que el PSOE e IU han tenido suerte porque en la izquierda existen esos dos partidos, pero en la derecha sólo estaba el PP, con la extrema derecha, con la derecha, por lo que si había gente más moderada era complicado que estuviese en el PP. Eso fue algo que sufrimos mucho tiempo hasta que empezó la renovación de gente.

-Con la perspectiva que le da el tiempo, ¿cómo ha cambiado la política en todo este tiempo?

-Hoy día me plantearía ser concejal. A un buen amigo mío del PSOE, Paco Triguero, le decía que la política ahora no es como en mis tiempos, cuando podíamos putearnos en un Pleno pero luego éramos amigos, nos tomábamos una cerveza. Hoy no ocurre eso, veo que nadie se habla con nadie. La política es decirle al otro que no te gusta lo que hace pero no por eso se deja de ser amigos.

-¿No cree que a veces los políticos se interesan más por sus partidos que por lo que preocupa a la gente?

-Yo no me hubiese dedicado a la política si no hubiese tenido un trabajo; como lo tenía pude dedicarme a la política. Como tenía un trabajo, si algo no me gustaba podía irme a mi casa. Cuando dejé de ser concejal, volví a mi trabajo y el entonces jefe provincial de Tráfico me dijo: "No sé los motivos por los que estás aquí, pero lo que sí sé es que me hacías mucha falta". En política, los años se cumplen de cuatro en cuatro y buscarte luego un trabajo es complicado.

-Usted ha trabajado con Pedro Aparicio, Celia Villalobos y Francisco de la Torre. ¿Qué destacaría de cada uno de ellos?

-Con Pedro Aparicio me une una buena amistad. Aprendí mucho de él, me trató siempre muy correctamente... Celia es una mujer muy inteligente e intuitiva, sabía lo que tenía que hacer en todo momento; como alcaldesa recuerdo cuando visitaba los barrios y la invitaban siempre a pasteles; la pobre siempre estaba a régimen. Se ganó a la gente, Celia fue la que conquistó Málaga. En su época había tres monstruos: Celia, Antonio Romero y Martín Toval. Y Paco de la Torre es un hombre con un seriedad tremenda en su trabajo, con una fama muy merecida. Cuando me llamaba para algo me echaba a temblar porque lo llevaba preparado pero siempre te preguntaba algo que no sabías. Todo lo sabe; este hombre lo tiene todo en la cabeza y es incansable. Recuerdo una vez, tras el asesinato de Martín Carpena, que le dijimos que cogiese un coche oficial, porque iba con un coche blanco muy malillo. Nos decía: 'No, yo me echo al suelo a ver si hay algo'. A veces me acompañó a la Axarquía y los ceretes de higos, las botellas de vino dulce, todo se lo regalaban a él, a mí no me daban nada.

-¿Qué es mejor para el PP, que el alcalde acabe el mandato o dé un paso a un lado y dé paso a su sucesor o sucesora?

-Cuando una persona como Paco de la Torre, que saca más votos que antes, dice que va a estar los cuatro años hay que respetarle esos cuatro años. Las siglas de un partido tiran, pero en los sitios grandes la persona también tira. Si él dice que va a estar los cuatro años no hay ni que discutirlo. Ahora, políticamente, mirando el interés del partido, quizá podría ser bueno que a mitad del mandato alguien que pueda estar funcionando muy bien... Se tiene más ganado para mantener la Alcaldía cuando la gente te conoce llevando ese puesto.

-El último lustro ha sido el de las grandes infraestructuras: el AVE; el aeropuerto, la hiperronda, el Metro... ¿Cuál destacaría?

-La ronda es muy importante, más en una ciudad en la que tiene tanto peso el turismo. La gente tiene que acordarse siempre de que llegar a Málaga es fácil y si hay atascos eso no ocurre. El Metro es buena infraestructura para la ciudad, pero está muy parado. Si te acercas por la Avenida de Andalucía no sé si verás gente y si le preguntas a la empresa a lo mejor te llevas una sorpresa en cuanto al dinero. Y es completamente necesario el intercambiador de La Marina. ¿Cuántas veces se ha hablado de hacer peatonal el acceso desde la calle Larios al puerto? La Alameda, con todos los autobuses, que parece esto un pueblo... Eso hay que quitarlo de ahí. Todo eso subterráneo, con una gran rambla en medio o en los laterales, algo que le dé otro tipo de modernidad, es importante.

-Desde Movilidad han impulsado en los últimos años la red de carriles bici...

-Los carriles bici tienen mucha importancia y la gente los está utilizando ya. Creo que es vital que los ciudadanos achuchen para que Costas permita la construcción del carril bici del paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso. No puede pasar mucho tiempo sin hacerse.

-Lo del Metro, le habrá dejado más de una noche sin dormir...

-¡Bueno..! Últimamente no porque todo iba bien, pero al principio uno se sentaba con toda la gente del Metro y le preguntaba por dónde iban a pasar los autobuses y me decían que no era su problema... Parece que la obra se iba a hacer en el campo.

-La Academia de Bellas Artes ha planteado cambiar el proyecto del Metro en la Alameda. ¿Qué le parece?

-A algunas de las personas que planteó eso se le preguntó si conocían el proyecto y dijeron que no. Y si no se conoce el proyecto ¿cómo amparándose en ese titulo rimbombante de la academia se puede asustar al personal? Porque lo que se ha dicho es que la obra se va a cargar todos los árboles.

-En los últimos meses de su trabajo al frente del área de Movilidad han dado luz verde al Plan de Movilidad Sostenible. Para los que no lo conozcan, ¿qué supone ese documento?

-Es importantísimo porque lo que busca es que nos movamos a través del servicio público. Hace tiempo, cuando había mucho más tráfico, plantee poner un carril reversible en el paseo marítimo; no se hizo porque había que hacer una serie de obras y poner policías durante un tiempo. Pero cuando uno va en su coche retenido desde El Palo y ve un autobús pasar a tu lado sin problema, y al rato ves a otro que hace lo mismo y tú sigues en el mismo sitio, lo que haces es preguntar ¿dónde se coge ese autobús? La gente tiene que pensar que el coche debe ser para cuando uno va de viaje o a un lugar lejano dentro de la ciudad.

-¿Qué opina sobre el debate del Paseo de los Curas y el tercer carril?

-Una de las ideas que teníamos era que la gente usase el Paseo de los Curas como eje prioritario en lugar del Parque y la Alameda y eso puede contribuir a hacer la peatonalización. En el Paseo de los Curas se discute lo del tercer carril, ¡pero si está escrito y aprobado! La solución ahí es excavar dos metros, de tal manera que sea posible cruzar desde el Parque al Palmeral mediante pasarelas.

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