Las reyertas entre jóvenes se suceden cada fin de semana en los puntos de movida nocturna de la provincia, con dramática insistencia en aquellos lugares más frecuentados por los adolescentes, como Puerto Marina o la Plaza Solymar, en Benalmádena.

Este mismo mes de febrero, un joven fue tiroteado en la barriada malagueña de La Trinidad, tras una disputa entre bandas originada de madrugada en Benalmádena. Los kilómetros entre un punto y otro de la provincia no consiguieron templar los ánimos. Como tampoco lo hicieron el pasado fin de semana en el caso de la trifulca entre dos grupos de jóvenes que trasladaron su violencia desde Torremolinos hasta el mismo Hospital Clínico de la capital.

Algo parecido ocurrió el pasado mes de enero en Ronda en una pelea entre jóvenes españoles y británicos que se saldó con agresiones, incluso, a los agentes de policía local que trataron de interceder cuando la pelea se trasladó de la zona de copas del centro histórico al hospital. Siete jóvenes británicos, tres de ellos menores, fueron detenidos por los incidentes.

Aunque, sin duda, el suceso que ha causado una mayor conmoción en los últimos meses ha sido el asesinato, el pasado día 18 de noviembre, de un adolescente de 17 años, a la salida de una discoteca en la Plaza Solymar de Benalmádena. Al chico lo apuñalaron entre dos jóvenes de 17 y 20 años que fueron detenidos tras empotrar el vehículo en el que viajaban. El primero se libró de la cárcel por las horas que le quedaban para cumplir los 18 años.

Éste ha sido el suceso más dramático, pero no el único porque apenas dos meses antes un joven de 20 años le arrancó de un mordisco la oreja a otro en la misma plaza. Los hechos sucedieron en el interior de una discoteca, que no fue desalojada tras la reyerta.

Tras este incidente, el Ayuntamiento de Benalmádena reforzó la seguridad en esta zona de movida, donde los controles policiales se cierran cada fin de semana con la incautación de demasiadas armas blancas.