En La Rosaleda no volveremos a ver al capitán brasileño de pelo rizado dar indicaciones a sus compañeros, subir la línea defensiva o elegir en qué lado del campo jugarán suyos. Tampoco al portugués, medio malagueño y gaditano, que siempre daba la cara ante cualquier situación. Al argentino, que también cuelga las botas, podrá seguir dando lecciones en el vestuario, no en el campo. El adiós de Weligton, Duda y Demichelis, sobre todo el de los dos primeros, deja un enorme hueco sin ocupar en el seno del Málaga. La veteranía y experiencia que aportaban el trío de treintañeros a la plantilla blanquiazul queda vacante, sin heredero, y plantea un nuevo escenario en el que nuevos protagonistas deberán tomar el control y los roles que ceden estos.

La capitanía sufre un duro revés con las ausencias de Duda y Weligton. Durante esta pasada temporada, ya se ha ido discerniendo quién podría ocupar las vacantes. Tanto Recio como Kameni se han colocado el brazalete de capitán en algún momento de la temporada ante la ausencia de Duda, Weligton y Camacho, el trío de autoridad. El paleño y el camerunés eran virtualmente el cuarto y quinto capitán del equipo y les ha tocado dirigir sobre el césped durante este curso. El guardameta lo hizo el pasado mes de noviembre ante el Barcelona y el mediocentro lo fue ante la Real Sociedad, con el maño sancionado. En el Málaga que se vislumbra para la próxima temporada ambos deben dar un paso al frente.

Camacho, Recio y Kameni se postulan como candidatos al trío de capitanes

La marcha de los tres símbolos blanquiazules crea también un déficit en cuanto a veteranía meramente malaguista. Son pocos los futbolistas que el próximo curso acumulen más de tres años en la disciplina de Martiricos. De hecho, obviando a Camacho, Recio y Kameni, tan sólo Rosales, Miguel Torres y Juanpi han vestido la azul y blanca durante las tres últimas temporadas. Por detrás de ellos sólo aparecen Juan Carlos, Pablo o el Chory, con dos, y dejan a más de la mitad de la plantilla con la breve experiencia de esta última campaña. Además, la edad de estos no supera la treintena -exceptuando los casos del Chory o Torres-.

Entre ellos, más de uno tendrá que dar un paso adelante y agarrar el papel de protagonista. No sólo confeccionar un grupo de capitanes que actúen a todos los niveles, sino hombres que asuman responsabilidades sin portar el brazalete. El nombre de Miguel Torres sobresale por encima del resto. Líder, profesional y veterano, si ya era importante, este próximo año junto a Míchel lo será más. Otro con características para ser importante es Juan Carlos. El madrileño siempre manifestó su interés de seguir muchos años aquí y ya lleva dos -y pueden ser muchos más si las negociaciones con el Braga llegan a buen puerto-. Por su carisma, afable y correcto, puede ser un gestor. Eso sí, no tiene dotes de liderazgo. Otro jugador que, pese a llevar tan sólo seis meses en Martiricos, puede ser importante es Luis Hernández. El también madrileño ha caído de pie en Málaga y lidera desde la zaga desde que llegó. Por sus condiciones, con grandes dotes de liderazgo, puede ser importante en la nueva era del club.

"Hay un cambio generacional, de jugadores veteranos quedamos un poco huérfanos. Vamos a intentar reemplazar a estos por jugadores experimentados y que tengan conciencia de club", rezaba Francesc Arnau el pasado martes, dictaminando la ruta a seguir para paliar las carencias de la plantilla. Veteranía, experiencia y conciencia de club, tres características indispensables para afianzar esta nueva plantilla post Duda, Weligton y Demichelis.