fútbol tercera división

Un año brillante acaba marchito

  • La temporada del Atlético Malagueño rozó el sobresaliente pero la dureza del 'play off' la empaña

  • El club tendrá que trabajar con este nuevo escenario sin plaza en Segunda B

Lo del pasado sábado en La Federación rozó la tortura. La forma en la que al Atlético Malagueño se le escapó el ascenso en el tiempo de descuento fue cruel, perverso y retorcido. Sus rostros con el pitido final, incapaces de encontrar consuelo lo definía todo. Habían completado una temporada que rozaba el sobresaliente pero que tenía que ser culminada con ese último paso, uno en dirección ascendente, directo a Segunda B.

A Manel Ruano, como reiteró en varias de sus intervenciones con este periódico, nunca se le exigió el ascenso, nunca se planteó como objetivo. Sí la formación de futbolistas para el primer equipo, algo con lo que se cumplió con creces esta ya pasada temporada. Aun así, el salir campeón con tanta supremacía en la liga regular y los rivales que el azar ha ido deparando a los blanquiazules abrió la ventana a la exigencia. No consumar el ascenso, con dos oportunidades fallidas, se lee como un fracaso. Sobre todo, por todo lo que supone para la estructura y planificación de La Academia y sus dos equipos punteros: el filial y el juvenil A.

Despedirse de Segunda B supone al club repetir una temporada más en Tercera División y abarcar un escenario que se creía ya superado. El primer damnificado parece ser Manel Ruano, que ante sorpresa de última hora, no continuará al cargo del filial pese a tener aún un año más de contrato con el club. Esta última temporada ha desgastado mucho al técnico catalán, que acabó bastante molestó con la dirección deportiva con la posibilidad de coger el primer equipo cuando se marchó Juande Ramos y todo lo que encadenó su adiós. El club maneja dos opciones para suplirle: Fernando Escribano y Sergio Pellicer -aunque podrían ser ambos, ya que el banquillo del Juvenil A también busca inquilino tras las dudas de Dely Valdés, pese a que éste no descarta su continuidad-.

Otro de los problemas que ha originado el no ascenso del Malagueño es en lo que afecta a los jugadores y la confección de la plantilla. El club tenía previsto originar una colaboración con un equipo de Tercera que sirviera de transición para los juveniles, para no lanzarse a Segunda B sin experiencia. Esta opción se cae, y obligará a la dirección deportiva de La Academia, encabezada por Miguel Calzado, a cuadrar muy bien las plantillas. Sobre todo, por el alto número de jugadores que finalizan su etapa de juvenil y aquellos a los que se le queda pequeña Tercera, vease el caso de Kuki, Deco, Mula o Wojcik. Algunos de ellos harán la pretemporada con el primer equipo pero su salida en forma de cesión a otra categoría sería lo más normal.

Además, el hecho de no ascender activará el efecto fuga en las filas. Principalmente por la falta de oportunidades que habrá para muchos de los jugadores, sobre todo, juveniles.

El club no descarta la posibilidad, planteada años atrás, de comprar una plaza en Segunda B si se diera la oportunidad. Esta opción permitiría seguir con el Plan A que tanto satisface a la dirección deportiva, pero tendrían que darse las circunstancias, ahora mismo, muy remotas.

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