Algún día, Luis Muñoz contará lo que le curtió el partido de ayer, ahora duele demasiado para reparar en ello. Dentro de la crueldad general, en él se cebó el dolor. Porque su partido estaba siendo de la categoría que se le pedía, tiró del carro en la segunda mitad, anotó un tanto importantísimo y sufrió en sus carnes el autogol que dejó el ascenso en la orilla. Todo un máster futbolístico en sólo 90 minutos.

Él y Ontiveros estaban llamados a ser los héroes del ascenso. Con la lesión del marbellí, quedaba él como referente para tirar del grupo. Y lo hizo, sobre todo en los peores momentos, cuando el 1-1 silenció la Federación. Se quedó como líder en la zaga anotó, con sangre fría y calidad, la pena máxima que subía el 3-1. Hasta Mula le quitó el balón a Harper para dárselo a Luis, sabedor de su importancia.

Iba para héroe del choque junto con Wojcik cuando ese despeje fallido, seguramente por el cansancio y el estrés, cercenó el sueño. "Quiero dar las gracias a todas las personas que me han mandado apoyos. Una mala suerte lo de hoy pero los colores de mi Málaga siempre están", escribió en Twitter al término del choque con una foto de motivación.