Una jornada más el Málaga mostró su incapacidad para superar a un rival. Esta vez ni siquiera dio el nivel para competir ante el contrario y apenas inquietó a un Sevilla al que le bastó con dar una imagen seria.

El derbi andaluz medía a dos rivales en un momento bien diferente: los malaguistas hundidos en el fondo de la clasificación y en búsqueda del milagro; los sevillistas luchando por Europa y con una eliminatoria crucial ante el Manchester United en Champions. Montella, con los ojos en la eliminatoria de vuelta, se permitió tirar de una cara B con la que sacó el partido hacia adelante.

Un día fatídico para un caprichoso Día de Andalucía lluvioso que sacó a relucir un Málaga estéril. Desde el inicio los visitantes llevaron el control y las ocasiones. Fue suficiente un pase magistral picado de Nolito al que llegaría Correa, para apuntar el único tanto del partido. Roberto pudo hacer mucho más en esa jugada.

Tocaba remontar un partido más. El Málaga lo intentaba pero Isaac Sucess fue el reflejo de un proyecto llevado por la urgencia y el fracaso. El criterio del Chory Castro y la energía de En-Nesyri, de lo poco destacable de los jugadores de González.

En la segunda parte el Málaga apretó sin mucho dominio. El míster permutó los puestos de Rolan y Castro. Los extremos a banda cambiada mostraron su mejor nivel, aunque no consiguieron conectar con ninguno de los dos puntas . Las jugadas de los locales acababan sin remate o en faltas o córners donde el Málaga no sacaría ningún rédito.

El Sevilla se dedicaría a mantenerse replegado y buscar el contragolpe. Introdujo incluso a Sandro, al que la hinchada no parece guardarle buen recuerdo. Así moría un nuevo partido. Distinto guion pero mismo final que en los últimos partidos.