Málaga C.F.

El nuevo método: sangre, sudor y táctica

  • La salida de balón y la finalización de jugada, dos de sus grandes preocupaciones

José González, dialongando con Demichelis y Pellicer.

José González, dialongando con Demichelis y Pellicer. / javier albiñana

Eibar, Eibar y después Eibar. En la mente del nuevo entrenador del Málaga está el partido de la jornada 20. Quiere ver a sus soldados listos para la batalla. Listos desde su persepectiva, desde su manera de ver el fútbol. En su librillo hay apuntes que quizás no estaban en las páginas del de Míchel. Esto es otra cosa. Y como tiene que dar un impulso al equipo desde sus conceptos, insiste en ellos desde el primer momento. Trabajo y más trabajo, táctica y más táctica, compromiso y más compromiso. No queda otra.

Tras la primera toma de contacto que se vivió en el Anexo de La Rosaleda el pasado lunes, ayer martes el equipo tuvo dos sesiones de entrenamiento. Una por la mañana (10:00 horas) y otra por la tarde (17:00). Los malos estudiantes tienen que trabajar el doble si quieren ponerse al día. Ya lo saben los jugadores del Málaga, que están a muerte con José González y han manifestado en privado su propósito de enmienda.

Pero con ganas y discursos no se soluciona nada, hay que fundamentarlo con hechos. El Málaga trabajó en la sesión matinal conceptos tácticos. Dos cuestiones preocupan y mucho al nuevo técnico: la salida de balón y el gol. Por eso fue lo que más se trabajó en el césped del Ciudad de Málaga. El conjunto blanquiazul ha mostrado muchísimas carencias a la hora de jugar el balón. Sin referentes claros en el césped, no fue poco frecuente verle asfixiarse a la hora de iniciar su juego.

Pero si hay algo de lo que carece el Málaga es de veneno. No marcan los delanteros, no marcan los mediapuntas, no marcan los extremos, no marcan los defensas. No marca nadie. Por eso otro de los puntos fuertes del trabajo de José está en mejorar la finalización. Su Málaga pasa por ser un conjunto sólido atrás, que no se complique en exceso, con pocas ideas pero muy claras y curradas. Y una vez logrado eso, sacar petróleo de cada gol, hacer que cada tanto sumado sirva.

José estuvo muy encima de los jugadores en todo momento, sin dejar de corregir y de exigir. Y no tiene ningún complejo a la hora de detener el entrenamiento para aclarar lo que quiere y cómo lo quiere. Y queda otra cuestión de importancia capital: las transiciones. El Málaga, durante prácticamente toda la primera vuelta, ha demostrado manejarse francamente mal en este aspecto del juego. José sabe que conseguir la mejora depende de él, de hacer que su Málaga sea una maquinita ajustada y acompasada en todo momento.

Es sólo el comienzo, pero al menos le ha dado una cierta vida al vestuario, donde los jugadores son conscientes de que con el nuevo entrenador todos tienen que hacer méritos para ganarse el puesto. Lo pasado ya no existe, hay borrón y cuenta nueva. Los futbolistas lo han entendido y la actitud en estas sesiones está siendo adecuada. José lo dejó claro en su presentación: "entre todos tenemos que sumar, el que juega porque juega, el que no porque se lo pone difícil al compañero. No hay otra fórmula".

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