Para lograr los objetivos propuestos por el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), que busca una reducción de un 23 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 respecto a las de 1990, resulta indispensable la participación del sector de la movilidad. De hecho, las últimas revisiones del PNIEC establecen que un horizonte de seis años, 5,5 millones de electrificados deberían formar parte del parque móvil español.

En ese sentido AEDIVE ha lanzado sus propuestas para permitir aumentar la transformación de la movilidad y, consecuentemente, las ventas de eléctricos, que el año pasado fue de 70.000 unidades -el doble si se contemplan también los híbridos enchufables-, llevando la cuota por encima del 7 por ciento este mismo año.

En 2023, por otro lado, la red de puntos de recarga también creció, en este caso, hasta estar constituida por más de 30.000 por todo el país, es decir, que en el último ejercicio se instalaron casi uno de cada tres de acceso público.

Para AEDIVE, el desucento de forma íntegra directa sobre el precio del vehículo en el momento de la compra facilitaría las ventas de coches eléctricos.

El director general de la asociación, Arturo Pérez de Lucía, ha señalado uno de los inconvenientes de cara a lanzar esas ventas, y es que "en España, los incentivos para el vehículo eléctrico son más complejos que en otros países, en un momento en el que tendríamos que acelerar si queremos llegar a los objetivos [del PNIEC], que no están en sintonía con las ventas actuales, lo que implica matricular en siete años doce veces más de lo que se ha matriculado en los últimos 13 años”.

La hora de ruta que propone AEDIVE se divide entre medidas a corto, medio y largo plazo. Entre las primeras, según esa asociación, el Gobierno debería, en un primer tramo de su mandato, afrontar los retos más urgentes, entre ellos la elevada edad media del parque móvil y la aceleración del despliegue de las infraestructuras de recarga pública.

Para ello, se debería aprobar un nuevo plan Moves simplificado y evolucionado que permite adelantar las ayudas a los compradores y agilice los trámites de las instalaciones de puntos de recarga, pudiendo disponer los usuarios de información actualizada sobre esta red, tal como estableció la ley de cambio climático. Paralelamente, AEDIVE cree imprescindible impulsar un Foro por la Sostenibilidad del Transporte en el que participen poderes públicos, empresas y agentes sociales.

Cambios fiscales como motores del cambio

A medio plazo, las propuestas de este lobby del coche eléctrico arrancan con un plan de choque fiscal que, dado que el precio de estos vehículos es mayor que el de los térmicos, permita reducciones fiscales permanentes como impulsar un IVA del 4 por ciento o, como alternativa, aplicar una reducción del 50 por ciento a los vehículos de empleados y del 100 por ciento para las empresas. También propone eliminar la tarifa del Impuesto de Actividades Económicas a los puntos de recarga, modificar el de matriculación para que los vehículos que emiten 0 g/km de CO2 estén exentos o establecer objetivos que aceleren las infraestructuras de recarga, no previstos en el PNIEC a diferencia de lo que sí ocurre con los concernientes a vehículos.

Otros pasos más serían la electrificación de la flota de taxis, para lo que se debería incentivar la renovación de los vehículos actuales por eléctricos, así como ofrecer un plan de carga vinculada y un despliegue de infraestructura pública en las ciudades; así como un plan de electrificación de las infraestructuras logísticas que faciliten el uso de vehículos eléctricos en este sector o que se publiquen guías a nivel local que reduzcan el desconocimiento sobre elementos de la nueva movilidad como el carsharing. Para AEDIVE es necesario, asimismo, la formación de profesionales especializados en movilidad eléctrica utilizando para ello grados especializados de FP, fundamentalmente.

El transporte de mercancías es, conforme a datos de AEDIVE, responsable del 94 por ciento de las emisiones del sector del transporte. De ahí la importancia de su electrificación.

El conjunto de medidas a largo plazo establece seis líneas de actuación: la creación de una ley de movilidad sostenible que enmarque y fomente la transformación, un plan de movilidad eléctrica para el sector empresarial que, actualmente, acumula el 60 por ciento de las ventas de vehículos en Europa; un plan de fortalecimiento de la industria para afrontar con éxito, por ejemplo, el reto de potencias como China; otro que impulse las infraestructuras de recarga de vehículos pesados con objetivos como que el año que viene 5.700 camiones sean ya eléctricos; el impulso de la electrificación en los vehículos de los sectores agrícolas o industrial y la capacitación de talleres para la reparación de vehículos eléctricos.