lucha por la presidencia Algunas encuestas apuntan ahora a un empate entre ambos

Alarma en la Casa Blanca

  • Los estrategas electorales del presidente ya empiezan a pensar en Mitt Romney como rival en noviembre y creen que es posible que haya una dura batalla electoral

Mitt Romney estaba apurado en la noche de la elección. Ya media hora después del cierre de los locales electorales, se presentó ante sus seguidores y celebró la victoria en las primarias de New Hampshire. El republicano se mostró radiante y triunfador. El mensaje fue claro: ¡Miren, nadie puede poner en peligro mi victoria!

Su mensaje también fue claro en otro sentido: Romney apenas mencionó a sus competidores entre las filas republicanas. En lugar de ello, centró su discurso en el presidente Barack Obama, al que calificó de "presidente fracasado".

El ex gobernador de 64 años, ex asesor de empresas y multimillonario Mitt Romney, ya no tiene dudas después de su victoria en New Hampshire pese a que un recuento definitivo le arrebató el triunfo en Iowa en beneficio de su rival Rick Satorum; cuando el 6 de noviembre se elija un nuevo presidente en Estados Unidos, el competidor de Obama tendrá un solo nombre: Mitt Romney.

El resultado de la elección en New Hampshire, con su electorado moderado, no fue una sorpresa. Lo que sorprende es el porcentaje. Alrededor del 40% de los votos, una cifra que no había previsto casi ninguna de las encuestas.

¿Está Romney en una cruzada ganadora? Es cierto que el ex gobernador de Massachusetts parece difícil de detener. Si bien las próximas primarias en la más conservadora Carolina del Sur podrían resultarle más difíciles, también allí las encuestas lo colocan delante.

De hecho, los estrategas de Obama ponen el foco en Romney desde hace tiempo. Saben que no será un contrincante fácil. De acuerdo con un estudio del canal de televisión CBS, Romney podría vencer a Obama con un 47% de los votos frente al 45 del presidente.

Es posible que en la Casa Blanca estén sonando las señales de alarma. El promedio de las encuestas que elabora la plataforma realclearpolitics.com tampoco es tranquilizador: según éste, Obama está por delante con un 46%, frente al 45 del contrincante.

Confiado y sin reservas, Romney intentó fijar ya en la noche del martes los temas para un posible mano a mano con Obama. Habló de que quiere salvar el "espíritu de Estados Unidos", de las posibilidades en el país que Dios eligió, que, según él, Obama dilapidó por "querer convertir a Estados Unidos en una sociedad de ayudas sociales al estilo europeo" tomando para ello como "inspiración las capitales de Europa".

Romney se presenta ya casi como un hombre de Estado, como si ya hubiera llegado a la Casa Blanca. "Los estadounidenses saben que nuestro futuro puede ser más claro y mejor que estos tiempos difíciles", dijo. "Aún creemos en las esperanzas, las promesas y el sueño de Estados Unidos". Eso suena en cambio, a nuevos horizontes: casi como el eslógan de Obama hace cuatro años.

Los estrategas electorales en la Casa Blanca lo tienen claro: es posible que haya una dura batalla electoral. El mismo Obama ya se posicionó claramente como protector de la gente más humilde, los que ganan poco y la clase media, es decir, todas las personas que luchan desde hace tiempo contra las privaciones y a las que, por eso, el "sueño americano" ya no figura en su horizonte.

En la acera opuesta están la estrategia de Romney y los demás republicanos, que siguen apostando a más reducciones impositivas, menos Estado y el mercado como soluciones. Aquí podría residir la mayor debilidad de Romney, el ex asesor de empresas y ex hombre de Private Equity que ganó millones en el sector financiero. Por eso, en New Hampshire, Romney realizó esfuerzos por mostrarse como un hombre común que en su vida también conoció los problemas financieros.

Sin embargo, según el diario The New York Times, esto no es muy creíble. "Cuanto más se propone Romney mimetizarse con los millones de estadounidenses que tienen que luchar por su economía, menos parece entender sus problemas".

Incluso sus opositores republicanos en las primarias intentaron presentar a Romney en New Hampshire como un hombre de negocios sin escrúpulos, como un job killer que compró empresas devastadas, mandó sus empleados a casa y luego hizo dinero vendiéndolas. Y, además, un hombre que reconoce que paga pocos impuestos.

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