El áfrica emergente Dudas sobre la utilización de las infraestructuras creadas con motivo de la cita deportiva

Sudáfrica regresa a la realidad

  • Una vez apagados los fuegos artificiales del Mundial, el país retorna a sus problemas cotidianos sin que el esfuerzo económico realizado vaya a revertir en una mejora de los sectores más desfavorecidos

¿Qué consecuencias ha traído el Mundial de fútbol para Sudáfrica? Tras haber reposado el volcán emocional llega el momento de hacer análisis acerca de las repercusiones generadas en el país.

Desde luego la primera crítica es que el Mundial no ha salido barato. Obviamente destinar dinero a infraestructuras genera empleo y beneficio para el país. El Gobierno prometió modernos sistemas de transporte para las ciudades que acogieran el evento y creó lo que se llama Bus Rapid Transit System, conectando el centro de las principales ciudades de los partidos con los estadios. La gran duda es quién se beneficiará ahora de ello.

Sudáfrica es un país con grandes desigualdades sociales entre distintos distritos. Pasear por St. George Mall, en centro de la Ciudad del Cabo, es como caminar por las calles de Berlín o Barcelona, inundado de estatuas y fuentes. Sin embargo, si uno se desplaza a los suburbios de Khayelitsha, situados en la parte occidental de la ciudad, dominada por lo que los sudafricanos llaman despectivamente black people podrá ver las grandes diferencias sociales. Familias viviendo en casetas construidas con materiales de desecho, muchas de ellas sin agua y electricidad, y vagabundos durmiendo a los lados de la carretera. La gente de Khayelistsha obviamente no obtendrá beneficios del Bus Rapid Transit System.

Con cifras oficiales que sitúan el desempleo en un 25% de la población, otras llegan al 30%, resulta difícil para el Gobierno acumular los impuestos necesarios para mantener los estadios, que pese a ser preciosos no dan comida ni agua a la gente local, y que tras el evento su uso quedará relegado a acoger un par de conciertos al año.

Además, la competición futbolística ha generado otras consecuencias no tan deseadas que los grandes medios occidentales no han reflejado. Bed and Breakfast fue un intento frustrado de muchas de la gente local de sacar un beneficio individual a la competición. Algunos sudafricanos invirtieron grandes cantidades de dinero en renovar sus casas con la esperanza de poder albergar a turistas ofreciéndoles cama y desayuno durante el evento deportivo. La Policía metropolitana de Ciudad del Cabo afirma que muchas familias registraron sus casas como host houses con la ilusión de albergar a fanáticos del fútbol y ganar 100 euros al día.

Ilusión que acabó en sentimiento frustrado al darse cuenta que la mayoría de los turistas no estaban dispuestos a pagar tales precios desorbitados. El bajo número de entradas vendidas, mucho menos de las esperadas y una mala coordinación a la hora de anunciar los B&B hicieron el resto .

Asociaciones como Durban Foro Social opinan que "se puso una alfombra roja a los extranjeros y se olvidaron de los sudafricanos y de los grandes problemas de la nación: paro, diferencias sociales entre ricos y pobres, crimen y problemas raciales sobrevenidos del apartheid".

Muchos están decepcionados con la mala prensa que los medios europeos emitieron acerca de Sudáfrica, sobre todo los medios británicos donde alertaron a miles de visitantes a no venir debido al alto índice de criminalidad. La mayoría de los extranjeros afirman no haber tenido problemas en este sentido pero se quejan de la falta de transporte público y conexiones locales. Y es que otra de las críticas de los grandes medios es que Sudáfrica no tenía las infraestructuras necesarias para ser la nación anfitriona.

La mayoría de los turistas se quedaron en las ciudades de los partidos sin viajar alrededor del país ni de los países vecinos. Hecho que convirtió a Namibia y Mozambique en otros de los grandes perdedores del evento.

Directamente es cierto que el evento causó más expectativas de las deseadas, razón por la cual muchos de los sudafricanos se sintieron frustrados, pero indirectamente Sudáfrica se ha dado a conocer en el mapamundi. El Mundial ha llevado el nombre de Sudáfrica a países asiáticos como Corea o China, los cuales no sabían mucho acerca de ella. Las consecuencias se verán a largo plazo y que los países vecinos también las apreciarán.

Previsiones del Gobierno pronostican un aumento del turismo de 1,8 millones de visitantes por año a tres millones. Previsiones que en palabras de Mónica Ferreira, socióloga investigadora de la Universidad de Ciudad del Cabo, "carecen absolutamente de sentido".

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