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Un atentado de EI causa 120 muertos en un mercado al nordeste de Bagdad

  • El atentado suicida, perpetrado en la noche del viernes al sábado, despierta de nuevo los fantasmas sectarios en el país

Iraq se encuentra conmocionada por uno de los mayores atentados de los últimos tiempos, que dejó en la noche del viernes al sábado más de un centenar de muertos y que vuelve a despertar los fantasmas sectarios en el país, después de que el grupo terrorista Estado Islámico lanzara el ataque en "venganza" contra los chiíes.

Al menos 120 personas fallecieron y 130 resultaron heridas anoche en un ataque contra un mercado popular de la zona de Jan Beni Said, al nordeste de Bagdad, que el EI reivindicó asegurando que en el mismo habían muerto 180 milicianos chiíes.

El grupo yihadista, que controla amplias zonas de Iraq desde junio de 2014, informó a través de la red social Twitter de que el atentado fue perpetrado por un terrorista suicida, que detonó un vehículo cargado con tres toneladas de explosivos, y que el objetivo del ataque eran milicianos chiíes.

Pero fuentes de seguridad consultadas por Efe aseguraron que las víctimas eran civiles, tanto chiíes como suníes, y la propia ONU denunció esta "masacre destructiva" que causó la muerte de "decenas de familias inocentes mientras se preparaban para celebrar el Aid el Fitr", festividad con la que culmina el mes sagrado de ramadán.

Durante estos días festivos es tradición salir a pasear y a comprar dulces y regalos, y por ello el mercado de Beni Said se encontraba abarrotado en el momento del ataque, uno de los más mortales desde que el EI proclamó en junio de 2014 un califato en los territorios que domina en Iraq y en Siria.

El portavoz del parlamento iraquí, Salim Al Yaburi, condenó "la explosión criminal atroz" que se registró en la provincia de Diyala, situada al noreste de Bagdad, de población mayoritariamente chií. Asimismo alertó de "los intentos del EI de perturbar la seguridad de Diyala con la instrumentalización de los sentimientos sectarios (de la población)", Este supone uno de los principales retos para las autoridades iraquíes, acusadas en muchas ocasiones de alimentar las tensiones entre suníes y chiíes.

Al Yaburi pidió unidad a la población de Diyala y aseguró que el caos no va a regresar a esta región. Por su parte, el representante de la ONU para Iraq, Jan Kubis, expresó su "profunda tristeza" y dijo que "estos actos terroristas no van a perjudicar la confianza verdadera y profunda en la convivencia pacífica entre los hijos de Diyala y de Iraq".

La ONU ha denunciado reiteradamente que los civiles son las principales víctimas de la violencia en Iraq y que sufren graves abusos a manos del EI, que persigue a las minorías religiosas y étnicas, y a todos aquellos que no siguen la interpretación estricta del islam predicada por el grupo.

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