El Consejo de Gobierno acordó ayer inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Zona Arqueológica, el yacimiento del Cerro de la Peluca en el término municipal de Málaga. Este enclave de la Edad del Bronce, situado junto al barrio de El Cortijuelo, es uno de los pocos de esta época excavados de forma sistemática en la provincia malagueña.

El asentamiento cuenta con una zona residencial en las cotas de mayor altitud y varias necrópolis repartidas por las lomas inferiores del cerro y, además, se ha constatado la existencia de minas de cobre, explotadas durante el periodo de auge del poblado. Los restos encontrados hasta el momento, en la ladera suroriental y junto a un nacimiento de agua, evidencian una ocupación relacionada con estructuras defensivas dispuestas en terrazas artificiales protegidas por muros, sobre las que se situaban las viviendas.

En el interior del poblado se han investigado también dos cistas (enterramiento de cuatro losas laterales colocadas verticalmente y una quinta de cubierta) mientras que las restantes tumbas, igualmente cistas, aparecen en cotas más bajas.

El decreto aprobado por el Consejo de Gobierno establece para el yacimiento una delimitación de 800.000 metros cuadrados, que incluye tanto las zonas ya investigadas como las que serán objeto de futuros proyectos arqueológicos.

Por otro lado, el Consejo de Gobierno también ha acordado establecer un entorno de protección de 58,6 hectáreas para el Castillo de Zalia en Alcaucín, así como delimitar su recinto con una superficie de 18.766 metros cuadrados.

La Junta de Andalucía refuerza así el régimen de protección de esta fortaleza, uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva de la comarca de la Axarquía, que fue declarada monumento en 1985 pero sin límites determinados.

El Castillo de Zalia, que se construyó en el periodo islámico, aunque sus orígenes se remontan a la ocupación fenicia de la zona, está edificado junto al río del mismo nombre en el estratégico camino real nazarí que unía la capital granadina con el litoral de la Axarquía.