Cultura

Sepúlveda desea que la transición en Chile "no esté sustentada en la amnesia"

  • El escritor ha presentado en Málaga su libro 'La sombra de lo que fuimos', ganador del decimotercer Premio Primavera de Novela

El escritor chileno Luis Sepúlveda, que considera que la verdadera transición a la democracia en su país "comenzará cuando haya una nueva Constitución", espera que el modelo no sea el de la transición española, "que se sustentó en la amnesia".

"No quiero que en Chile haya una amnesia como razón de Estado, porque los chilenos tienen ya madurez suficiente para conocer los detalles de su historia completa, sin omitir nada", ha dicho hoy Sepúlveda, que ha presentado en Málaga su libro "La sombra de lo que fuimos", ganador del decimotercer Premio Primavera de Novela.

Para el escritor, la transición española "fue ejemplar en algunos sentidos, como el consenso social al que se llegó, pero cada país debe seguir su propio modelo".

Considera que hay una serie de escritores chilenos "que no han cejado en su empeño de reflejar toda una época que fue negada desde el punto de vista de la historia oficial", en alusión a la dictadura de Pinochet.

"De 1976 a 1998, en los textos de Historia que estudiaban los chicos en Chile, había un vacío que empezaba en 1970 y acababa en 1989. La única fuente de referencia eran las novelas y la literatura cumplió un papel de guardiana de la memoria", ha dicho Sepúlveda.

En la literatura chilena actual, la dictadura "sigue siendo una preocupación constante, porque cambió la vida del país completamente y sigue siendo materia de conversación todos los días".

"Han pasado diecinueve años desde el fin de la dictadura y es poco tiempo para tratar todo lo que significaron dieciséis años de horror, y muchos chilenos tienen todavía una ausencia en su familia o su círculo íntimo que todavía no ha aparecido", ha afirmado Sepúlveda.

A ello "se suma la alegría de que hay casi quinientos es altos oficiales de las Fuerzas Armadas en la cárcel, condenados a penas rigurosísimas sin posibilidad de redimirlas por buena conducta ni porque estudien y que morirán en la cárcel".

Por otra parte, Sepúlveda ha achacado la presencia del humor en sus novelas al hecho de ser "un buen lector de Cervantes" al que considera su "abuelito", y que le "cuida siempre a la hora de la escritura".

"Si algo aprendí de él es el uso del humor, sustentado en la más sana de las ironías, porque Cervantes es el gran genio en tratar a los personajes con un toque de humor. Ninguno de sus personajes es ridículo, son inteligentemente divertidos".

La segunda razón de ese humor es "ser chileno, algo no muy recomendable para todo el mundo", ya que tienen "un sentido del humor muy particular", ha dicho.

"Nos encanta reírnos de nosotros mismos, y nos diferenciamos de nuestros vecinos argentinos en que ellos cuentan chistes de gallegos, bolivianos y chilenos, y nosotros contamos chistes de chilenos".

También se declara amante de la concisión en la escritura, y es que toda su erudición, su cultura y sus años de oficio literario "son elementos al servicio de la historia, y no la historia un medio para sorprender a la gente sobre lo culto o lo erudito que soy", ha subrayado Sepúlveda.

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