Cultura

Universo Raemon

The New Raemon. Jueves 15 de diciembre de 2011. La Caja Banca. Voz: Ramón Rodríguez. Guitarras: Ramón Rodríguez y Dani Vega. Bajo: Luis García. Violín: Sara Fontán. Batería: Víctor García. Teclado: Marc Prats. Aforo: 300 personas, poco más de media entrada.

"Cualquier día de estos me voy a alzar y voy a reventar". La frase se puede poner en boca de un indignado. En la de un tipo que lleve en el tajo 12 horas seguidas tras un madrugón. En la de aquellos que ven su vida peligrar por las barbaridades que hacen otros al volante. Pero no. Es de un tipo feliz. Que vive de lo que le gusta y que se siente cómodo en su cotidianeidad. Un señor que se llama Ramón Rodríguez y que lidera una banda catalana de moda: The New Raemon. Es alguien con un doble universo muy peculiar del que hace partícipe a su público nada más comenzar sus conciertos, porque es esa misma su primera frase en ellos. También es la que da inicio a su último disco, Libre Asociación.

The New Raemon ha construido un mundo muy personal. Una bipolaridad marcada por una atmósfera cálida en la que sentirse a gusto. Con momentos en los que conversar con su público y aceptar peticiones populares. Con huecos para enseñar ese showman que Ramón Rodríguez lleva en su interior, imitaciones a Love of Lesbian y Manos de Topo incluidas. Pero que cambia cuando coge la guitarra y las luces bajan. Con la música todo se convierte en otra cosa. Y, bajo la piel de The New Raemon, se traslada hacia un universo lejano, paralelo a lo que está allí ocurriendo y al que se lleva a los espectadores bajo el brazo.

Lo hace con temas intensos, serios y que suenan bien. Una atmósfera de sonidos complementados con un amplio abanico de letras sombrías, oscuras, que no son precisamente optimistas. De esas que a veces recuerdan a Los Planetas. Y todo suena con un deje a Lori Meyers y, a momentos, a Quique González. Incluso al Travis más original. Pero, al final, nada de eso. The New Raemon hacen otra cosa. Algo mucho más personal y autobiográfico: "De niño solía actuar, ya es mayor y acostumbra a cantar, ya ves. La libre asociación", cuenta en La vida regalada, uno de sus últimos temas.

Canciones como esa consiguen hacer que el público viaje, cálida y plácidamente, hacia el universo de carácter raemoniano donde encontrar un sonido inconfundible. Propio. Y bueno. Que hace imposible exigir mucho más al líder de ese viaje, que, a veces, se queda sin banda y se queda sólo con su otro yo, Ramón Rodríguez.

Se reinventa y vuelve a sus orígenes con un entretenido acústico en el que repasa antiguas canciones. Y en el que tiene detalles con su público, como la maravillosa versión de Jenny, de American Music Club, que regaló a todo el que acudió el jueves a La Caja Blanca.

El universo de The New Raemon está marcado por las galaxias en constante cambio de sus tres discos publicados hasta el momento, como también lo estuvo el concierto del pasado jueves dentro del ciclo Wild Weekend. Un buen momento para huir con Ramón. Una veintena de temas que degustar en una noche fría. Un ejemplo claro de que, siempre, hay que ir a escuchar música en directo.

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