Cultura

De compras sin remordimientos

  • El rastrillo benéfico Nuevo Futuro abre en el Palacio de Ferias y Congresos hasta el domingo, con más de un centenar de puestos cuyas ventas van destinadas a sufragar casas para niños sin hogar

Abalorios de corte internacional y artesanos, ropa de primeras marcas a precio de saldo, muebles, antigüedades, telas, cafeterías y hasta puestos de mojitos... El Rastrillo Nuevo Futuro vuelve a abrir sus puertas, este año en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga de 11.00 a 22.00 hasta el domingo, con un centenar de puestos cuyos beneficios irán destinados a la Asociación Nuevo Futuro que impulsa la cita solidaria desde hace 18 años.

La iniciativa espera reunir a más de 50.000 visitantes y recaudar unos 100.000 euros con los que sufragar los pisos para niños sin hogar que mantiene la asociación desde 1972, según explica la presidenta, Carmen Barrionuevo. "Intentamos darles un hogar y evitar en todo lo posible que se críen en los centros", indica Barrionuevo. En total, atienden a 48 chicos menores de edad procedentes del Sistema de Protección de Menores de la Junta de Andalucía, que deriva los que consideran que pueden aprovechar mejor el recurso, indica la vicepresidenta de la asociación, Remedios García.

El dinero recaudado en esta edición irá a parar a la adquisición de la octava casa del colectivo para ampliar el número de niños acogidos.

Muchos malagueños apoyaron ayer la labor de Nuevo Futuro, como la diputada popular Celia Villalobos y Ana Rico, que comentaban con entusiasmo todas las cosas que habían adquirido en una jornada maratoniana en la que apenas habían parado para comer. "Ropa para mis nietos y un dineral que me he dejado en la tómbola para una muñeca", explicaba Villalobos.

Aunque también hay personas que eligen colaborar como voluntarias. Es el caso de la directora del Área de la Mujer del Ayuntamiento de Málaga, Gemma del Corral, que ataviada con un delantal vendía los productos de la tierra.

Uno de los puestos más emblemáticos del rastrillo benéfico desde que se inauguró es El Cuchitril, montado por mujeres de la misma asociación. Este puesto cuenta con prendas donadas por los principales comercios de Málaga, como Ceisa, por lo que se pueden encontrar primeras marcas a cinco o seis euros. Pero en El Cuchitril también tienen producción propia: "Nosotras nos reunimos para coser dos veces en semana durante todo el año y lo vendemos cuando llega el rastrillo", cuenta Carmina.

Para levantar el encuentro benéfico, Nuevo Futuro cuenta con donaciones de todo tipo. Es el caso de Ron Bacardí, que acudía cada año con el puesto de mojitos Poco Loco y que, al haber desmantelado recientemente su fábrica en la provincia, donó al rastrillo todas sus existencias. "No sólo eso, sino que nos han enseñado a hacerlos", apunta Jaime Taillefer desde el puesto.

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