Pablo Carbonell debuta en el teatro con la obra teatral La curva de la felicidad, una comedia urbana sobre la crisis masculina de los cuarenta que recala en el Teatro Alameda hasta el domingo. Escrita por Eduardo Galán y Pedro Gómez, y dirigida por Celso Cleto la obra repite presencia en Málaga tras su paso en febrero del año pasado, interpretada en aquella ocasión por Pedro Reyes.

Carbonell encarna ahora a Quino, un hombre de 42 años, guionista de televisión, víctima del trabajo inestable y en plena crisis de los cuarenta, que acaba de ser abandonado por su mujer. En este contexto, debe vender la casa común tras la separación, provocada por su gordura y calvicie, según dice el protagonista en el escenario. La pérdida del piso supondría el alejamiento definitivo de su mujer en la que él depositaba sus inseguridades y su debilidad.

El protagonista trata por todos los medios de advertir a los compradores de las desventajas del piso para que no lo compren, pero su personalidad débil le hace firmar compromisos de venta con cada uno de los tres personaje Javier, Manuel y Fer, ( interpretados por Antonio Vico, Josu Ormaetxea y Jesús Cisneros), cuarentones muy distintos pero con una seña de identidad, la crisis de los cuarenta. Juntos irán creando una serie de conflictos en cadena y vueltas de giro con final sorpresa. En su cuarta temporada de gira La curva de la felicidad ha generado más de 180.000 espectadores y 12 meses de éxito continuado en el Teatro Lara de Madrid.