Cultura

La literatura se asoma al 11-M

  • 'El corrector', de Ricardo Menéndez Salmón, aspira a romper el recelo de los escritores a la hora de acercarse literariamente a la tragedia de Madrid, que empieza a estar presente también en el cine y la música

Los autores españoles se han acercado con timidez al 11-M en los cinco años transcurridos desde los atentados, aunque un puñado de novelas ha abierto camino asomándose en sus páginas a la matanza terrorista de Madrid.

"Es un tema ante el que los creadores sienten cierto recelo y todos nos hemos dado una especie de cuarentena", explica el escritor asturiano Ricardo Menéndez Salmón al hablar de El corrector, una novela que transcurre el 11 de marzo de 2004 y con la que ha pretendido hacer "una llamada al orden" a la clase política por su comportamiento durante la tragedia.

Menéndez Salmón confía en que su novela contribuya a que caiga "esta especie de velo" que ha cubierto el 11-M, aunque señala que España "es un país al que parece que le cuesta establecer diálogos con su realidad más inmediata".

"Nadie quiere hablar del 11-M", proclamaba la autora gallega Blanca Riestra al presentar en mayo pasado Madrid blues, una novela que evoca la vida de una veintena de personas del 7 al 11 de marzo de 2004.

Uno de los primeros autores consagrados que se atrevieron a escribir sobre los atentados en una obra de ficción fue el académico Luis Mateo Díez con La piedra en el corazón, una novela breve publicada en 2006 y en la que el 11-M es el marco para confrontar el "dolor privado" con el "dolor público".

La periodista Sonsoles Ónega convirtió a las víctimas de los atentados en protagonistas absolutas de Donde Dios no estuvo, una novela a caballo entre la ficción y la realidad construida con los testimonios que recogió durante las labores informativas relacionadas con el 11-M, que realizó durante tres años.

La producción literaria sobre el 11-M no es aún significativa, pero, como recuerda Menéndez Salmón, en Estados Unidos tuvieron que pasar varios años para que las obras sobre el 11 de Septiembre alcanzaran un volumen relevante y surgieran libros como El hombre del salto, la aclamada novela de Don DeLillo.

Entre los proyectos en marcha figura el de Manuel Gutiérrez Aragón, quien al anunciar el pasado mes de octubre su retirada de la dirección cinematográfica avanzó que dedicaría su tiempo a finalizar una novela, La vida antes de marzo, que tiene los atentados de Atocha como fondo. Otro cineasta, José Luis Garci, ha declarado que antes de retirarse le gustaría rodar una película sobre la matanza terrorista de Madrid, "un hecho patético y cruel del que se hablará en los próximos 200 años".

Daniel Hernández dio ese paso con su ópera prima, Chicos normales, una película que refleja la vida cotidiana que llevaron en un barrio marginal de Tetuán cinco de los terroristas que participaron en los atentados de Madrid, y con la que concursó en el último Festival de Cine de San Sebastián.

El libro Madrid in memóriam reunió en 2005 más de 350 fotografías de los atentados y las muestras de dolor y solidaridad que provocó el 11-M, y sus beneficios fueron entregados a las víctimas. Las imágenes, tomadas por fotógrafos profesionales y aficionados, fueron seleccionadas entre las miles que recibió una página web (madridinmemoriam.org) creada por Adán Burgos, un joven que sintió la necesidad de "hacer algo" tras los atentados y que se fijó en Here is New York, libro publicado tras el 11-S.

El cómic sobre el 11-M que la editorial Panini prepara desde hace más de un año es una muestra de las dificultades que plantea encarar un proyecto creativo sobre los atentados. La marcha por motivos de salud del dibujante del proyecto, Jesús Redondo, ha obligado a retrasar la publicación del cómic, que estaba prevista para el pasado mes de noviembre y cuyo guión ha sido escrito por Antoni Guiral.

El cómic, que evitará las escenas macabras y se ajustará a la sentencia del juicio sobre los atentados, podría salir antes del próximo verano, según los plazos que maneja ahora la editorial.

Este proyecto sigue el modelo establecido en Estados Unidos por un cómic sobre el 11-S -editado en España en abril pasado, después de haber vendido alrededor de un millón de copias en su país de origen- que empleó como guión el informe oficial sobre los atentados.

La música tampoco permanece distante de estas realidades. Poco después del 11-S, Bruce Springsteen reunió a su banda para grabar The rising, un álbum que catalizó el sentimiento colectivo provocado por los atentados de Nueva York. En España no hubo ningún disco comparable, pero Luz Casal rindió homenaje a las víctimas de la matanza de Madrid en Ecos, una canción que incluyó en un álbum editado siete meses después del 11-M. Otros intérpretes siguieron su ejemplo: Álex Ubago escribió La estación, editada en el álbum Aviones de cristal (2007), y La Oreja de Van Gogh rindió su tributo en Jueves, una canción de su reciente disco A las cinco en el Astoria.

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