música El nuevo trabajo de uno de los creadores malagueños de mayor proyección

Una luz distinta para el hip hop

  • Elphomega vuelve a conquistar al público y a la crítica con su último álbum, 'Phantom Pop', en el que adopta una postura más abierta y positiva · El próximo día 14 presentará el disco en la sala Eventual

Dijo Ana María Matute, reciente Premio Cervantes, que quien no inventa no vive. Podía estar pensando, perfectamente, en el malagueño Sergio Albarracín. Alguien que inventa allá donde va, que se siente cómodo cambiando de disciplina, que no para de maquinar nuevas historias. Y lo hace sobre el lienzo de sus cuadros, el papel de sus diseños, la escaleta de un guión o sobre unas bases de hip hop. "Siempre quiero estar vivo. Me gusta estar en varias disciplinas y no estar repitiéndome", explica Albarracín, al que generalmente todos conocen como Elphomega. Un ser perfeccionista al máximo con todo su trabajo y que está de enhorabuena: acaba de publicar un nuevo disco: Phantom Pop.

La perfección y la necesidad de cambiar de disciplina le sirvieron para darse cuenta que los primeros temas que preparaba para este disco no eran lo que buscaba. "Paré un tiempo para trabajar en el documental Vibraciones (producido por Emedialab y Gharuda y que se proyectó el viernes pasado en la Filmoteca de Madrid) y cuando volví al disco deseché casi todo lo hecho. Buscábamos otra cosa", afirma tomando un zumo natural en la cafetería Manhattan, junto a los Baños del Carmen. Otro año y medio de trabajo dieron sus frutos y Elphomega pudo sacar al mercado su disco, que llega con calma: Cuatro años después de aquel Testimonio Libra que le llevó a convertirse en casi un rapero de culto. Cuenta con las colaboraciones de Masia One, Shabu y Capaz y es casi un canto a la alegría de vivir, una visión más brillante y alejada de sus anteriores discos, más subterráneos y de la pose seria y enfadosa del rap en general. "Queríamos hablar de la vida, el paso del tiempo, cosas cotidianas; y alejarnos de esas caras amargadas y de enfadaos que parece tener siempre el rap", cuenta Elphomega, que habla en plural para nombrar a Doc Diamond, el maestro con las bases.

Sus letras surgen de sensaciones, de imágenes, de frases; de momentos vitales: "Todos estamos bien en algún momento y de bajón en otro. Cambiamos y evolucionamos y por eso hay canciones que hablan de diferentes cosas", dice el artista, que ha intentado hacer más escuchable su disco descargando los temas de anglicismos, referencias culturales y de barroquismo. "Son cosas que aún aparecen, pero quien no esté acostumbrado al rap puede escuchar perfectamente las canciones", dice el cantante, que también deja claro que aunque las letras de este disco parezcan todas "azúcar y caramelo", todas contienen un poso más "existencialista, más pesimista". Lo quise hacer bonito y que dejase cicatriz, se puede escuchar en el último tema, No happy ending.

Phantom Pop abre con una base de las que apetece escuchar en el coche a alto volumen y un alegre ¡Buenos días! que da comienzo al primer single: Sol de sábado, lluvia de domingo. Escarbando en el disco encontramos aspectos que a todos nos llevan a recordar buenos momentos, ganas de salir a la calle; como bien simboliza ese Todo empieza con espeto y cerveza. Pero también es fácil imaginarse momentos más difíciles: "Y cuando pierdes a alguien que quieres, esa es la mierda más grande, ¿verdad?", se pregunta en 1.000 problemas, segundo tema del disco. "Yo trabajo mucho con sensaciones y atmósferas. Cada canción es muy atmosférica, visual; te mete en un sitio que es muy fácil ver", dice Elphomega, que asegura que, por eso, es sencillo hacer un videoclip de sus temas: "Está ya casi pensado, es pasar esas sensaciones a imágenes, en vez de a palabras".

Si la vida de Ana María Matute es de papel, la de Elphomega es también de lienzo, carboncillo, ordenador y de goma de borrar. Cuando se cansa de la música coge el pincel y prepara una exposición. "Aunque lo de pintar lo hago menos de lo que debería. Soy poco disciplinado para eso", comenta. Y, con mucha más constancia, el diseño es gran parte de su vida. Colabora como free lance con agencias elaborando el arte de diferentes productos; un trabajo que también se puede ver en su disco, que cuenta con un libreto de 56 páginas y cuyo arte ha desarrollado él mismo. Así, Sergio Albarracín y Elphomega se unen en una misma persona. "Al principio me costaba más mezclar los dos mundos. El tema gráfico y la pintura estaban como separados del rap. Pero poco a poco se han ido uniendo más… quizás hacer el arte de mis discos ha influido en eso. Al final creo que Sergio Albarraacín y Elphomega son la misma persona pero en facetas diferentes: No me subo al escenario y me meto en el papel del músico y cuando estoy en casa con mi novia tengo el papel de persona normal: Siempre soy el mismo", destaca.

Estos días ha tenido que aparcar su faceta multidisciplinar y dedicarse plenamente a la música. El cambio de compañía discográfica y las magníficas críticas que ha recibido Phantom Pop le han llevado a obtener una repercusión que nunca había tenido. Radio 3 ha apostado por él y ya ha pasado en directo por programas como Hoy empieza todo y Carne Cruda y no es complicado encontrárselo al sintonizar la MTV. Está trabajando ya en la preparación del primer concierto que dará con este disco en la calle. Será el próximo 14 de mayo en la sala malagueña Eventual Music. A partir de ahí, "todo se está negociando".

Concluía Ana María Matute su discurso diciendo que si alguien se encuentra con las criaturas que ha inventado en sus libros, hay que creérselas. Quizás este concierto en Málaga sea buen momento para encontrarse con las historias que ha inventado Elphomega. Hay que creer en ellas.

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