Sin acritud. El periodista sevillano Jorge Molina escribió sus 123 motivos para no viajar a Sevilla (en realidad fueron originalmente 147, aunque eliminó los que tenían "menos gracia") por dos motivos esenciales: "la primera es porque todos los periodistas sevillanos acabamos tarde o temprano escribiendo sobre Sevilla, pero yo quería hacerlo con un tono más irónico; y el segundo es que el de las guías de viaje me parece un género particularmente cargante y baboso, así que decidí reinventarlo a mi gusto". La cuestión es que Molina se plantó ayer con esta peculiar antiguía, publicada en la nueva colección Guías del no viajero de la editorial Jirones de Azul, en la caseta de la Librería Luces de la Feria del Libro de Málaga, en el Paseo del Parque, donde firmó ejemplares y donde logró un éxito más que notable. "Parece que el título llama la atención, pero lo cierto es que se está vendiendo muy bien", afirmó mientras cumplía aún el protocolo oficioso de las rúbricas.

En estos 123 motivos no hay orden cívico ni cultural alguno que quede indemne: de la gastronomía a las tunas pasando por las tradiciones religiosas y ciertos museos, el autor se entrega a gusto a la recreación "de un punto de vista alternativo a la hora de hablar de Sevilla". Este ejercicio, no obstante, es "absolutamente respetuoso, ya que no ataca a organismo ni persona alguna". De hecho, el libro ha tenido también una gran aceptación en Sevilla, "lo que demuestra que la ciudad es mucho más tolerante de lo que algunos sevillanos están empeñados en hacer creer; sólo hubo algunas personas que puntualmente me dijeron que algunos motivos no estaban bien enfocados, pero desde luego nadie se ha rasgado las vestiduras".

Ahora, una editorial barcelonesa ha contratado los servicios de Molina para que haga un análisis similar sobre la ciudad condal, junto a un equipo de colaboradores. "Barcelona, como Sevilla, se toma muy en serio a sí misma. Y eso no deja de ser cómico". Luego, a por Madrid.