Provincia

Agua en cubas en el siglo XXI

  • Camiones surten del líquido a los vecinos de Sierra de Yeguas desde hace un mes

El estruendo de una bocina anuncia cada martes y viernes a los vecinos de Sierra de Yeguas la llegada del camión cisterna que les provee de agua potable desde hace un mes. Garrafa en mano, los residentes de este pequeño municipio acuden dos días por semana para hacer acopio de tan necesario recurso después de que hace algunas semanas el Ayuntamiento descubriese que los dos depósitos habilitados en la localidad para el consumo humano, con una capacidad total de 1,2 millones de metros cúbicos, estaban vacíos.

A ello se ha sumado un problema añadido, la concentración excesiva de nitrato en el líquido, que ha llevado a las autoridades sanitarias a calificarla como no potable. Ésta es una de las conclusiones extraídas de sendos estudios realizados por el área de Medio Ambiente de la Diputación provincial. "El depósito tenía una osmosis que no estaba funcionando y tampoco se había legalizado, por lo que, a día de hoy estamos arreglando esta situación", expuso el alcalde, Salvador Ortiz. Aunque los técnicos responsables del informe alertaban también del excesivo consumo. "Los datos indicaban que cada vecino consumía una media 1.125 litros diarios, dijo Ortiz, que apuntó que en una segunda estimación la cifra cayó a los 400 litros.

Más allá de los estudios, la estampa que se ve ahora en Sierra de Yeguas es la de, según algunos vecinos, hace varias décadas años. Los cortes de suministro se prolongan de doce de la noche a siete de la mañana con el fin de que los depósitos puedan reponerse. Mientras, el Consistorio ha encargado a la empresa Aquatrans 2000 que suministre el agua que los vecinos necesitan, que se calcula en unos 40.000 a la semana, pasando por todos los barrios en horario de mañana y tarde.

Los vecinos han acogido la idea con cierta resignación. Y casi todos coinciden en destacar que Sierra de Yeguas siempre ha sido un pueblo en el que nunca ha faltado este recurso. Josefa Torre, a pesar de su edad avanzada, se acerca al camión para llevarse cinco garrafas. "Tengo que administrarlas en la semana para poder cocinar y beber", dice. "Parece que hemos vuelto a los años cuarenta y lo que esperamos es que esto se solucione lo más rápido posible", añade Dolores Aguilar, que explica la incomodidad de tener que estar pendiente cada martes y viernes de la llegada del camión. Recordaba con nostalgia como fue su tatarabuelo, Francisco Granados, quien descubrió el agua en unos pozos de la sierra ubicados en este término municipal.

Cristóbal Notario, dueño de un supermercado de la localidad, afirmaba haber notado un aumento en las ventas de las garrafas de agua, sobre todo las de gran formato, aunque con la llegada de las cubas, este aumento había vuelto a los niveles habituales.

La solución que tiene prevista el Ayuntamiento se centra en llevar a cabo una obra civil para cambiar la tubería que va desde el pozo al depósito, que será restituida por una con un diámetro mayor que permita que llegue el agua suficiente para dar respuesta al consumo de los vecinos. El proyecto está cifrado en 138.000 euros, "se va a solicitar un crédito presupuestario". El alcalde confía en que a finales de mes sea adjudicada la obra, cuya duración se estima en unos diez días.

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