Ronda

Descorche, un trabajo artesanal

  • El calor dificulta las labores que se realizan durante el verano para obtener las corchas. El Ayuntamiento ingresa unos 500.000 euros.

La ola de calor que viene sufriendo la Serranía de Ronda se deja sentir muy especialmente sobre los trabajos de descorche que se acometen en los montes públicos del Ayuntamiento de Ronda, en los que una cuadrilla de 19 personas se afanan estos días por finalizar la saca prevista para este año.

Entre alcornoques y helechos, estos hombres tiran de experiencia y maestría para arrancar las corchas de los troncos del árbol sin dejarles rastro de los golpes de hacha que se suceden uno tras otro hasta que el capataz ordena parar para echar un cigarro. Hasta entonces descorchadores, porteadores y arrieros conforman un perfecto equipo para avanzar en mitad de un tupido bosque de las fincas de Ramblazo y parte de Parralejo, que son sobre las que se está actuando este año.

A pesar del buen ambiente, no faltan los piques continuos entre unos grupos y otros con los que hacer más llevadero el duro trabajo que supone sacar y transportar corchas cuando los termómetros andan cerca de los 40 grados y la sensación térmica se dispara. De este modo, la botella de agua fresca se convierte en una fiel compañera junto al hacha de corte. Un hacha que sigue ganando la batalla por goleada a los intentos de algunas empresas de introducir maquinaria que supla esta herramienta, hasta el punto de que el Ayuntamiento de Ronda ha tenido que dejar de exigir su utilización durante estos trabajos porque ha quedado descatalogada ante el bajo uso que tenía, explicaba ayer el técnico de montes del Consistorio rondeño durante la visita que cursaba junto al delegado municipal de Montes, Jesús Vázquez.

La mecanización sí que llegó a la hora de realizar el transporte, que en los tramos inaccesibles se sigue haciendo con mulos hasta alcanzar alguna de las vías a las que sí pueden llegar alguno de los dos tractores que llevarán las corchas hasta los patios de pesaje, situados junto al campamento base, que tiene como punto de refugio un alcornoque de gran tamaño bajo el que se sitúan las tiendas de campaña de los miembros del equipo que pernoctan en la zona, entre ellos un agente de la Policía Local que además de hacer de fiel pesador también ejerce labores de vigilancia.

Allí, una vez descargadas, toca el trabajo pensar y apilar por lotes la producción que va llegando, permaneciendo en este punto hasta que sea vendida. Un tiempo en el que perderá parte de la humedad que tiene ahora y que hará que la producción  de este año, que se espera que la producción de corcho llegue en bruto a los 400.000 kilos, se quede finalmente en unos 350.000 kilos. Un corcho que reportará a las arcas municipales la nada desdeñable cantidad de 500.000 euros. Pese a la bajada de los precios de venta en los últimos años, los montes rondeños siguen arrojando un saldo positivo de unos 300.000 euros al año.

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