Semana Santa

Vera Cruz, el crucificado más antiguo de Málaga enmudece al Jueves Santo

Vera+Cruz en su procesión del Jueves Santo en Málaga, en fotos

Vera+Cruz en su procesión del Jueves Santo en Málaga, en fotos / Ana Jiménez

“Hermanos, salimos a la calle”. Esas palabras retumbaron en el interior de San Juan como si sentase cátedra. Con la solemnidad que caracteriza a esta cofradía, Vera Cruz, sin música, abre de par en par las puertas de su templo ante una Málaga deseosa de las cruces de San Juan.

Al fin una de las que componen las Reales Cofradías Fusionadas puede realizar su estación de penitencia tras una Semana Santa en la que ni Lágrimas y Favores el Domingo de Ramos, ni los titulares de Fusionadas del Miércoles Santo pudieron hacer las suyas dadas las previsiones de lluvia.

Silencioso, casi imperceptible, el gozo se hizo procesión, nazareno y hombre trono. Pasmoso, un crucificado sin su último aliento, sale y se encuentra con la devoción de la ciudad. Los pocos capirotes verdes que lo preceden se mueven ágiles entre una multitud que intenta contener el aliento a cada paso del titular.

En menos de una hora vislumbran a la Virgen de Soledad y Traspaso de la cofradía de Viñeros entrando a calle Larios, abriéndoles camino con su música y su distinguido manto. Sin más artificio que la propia imagen pasan serenos por la Tribuna Oficial. A los pocos metros, la Catedral se colaba por una de las bocacalles y presenciaba al Hijo de Dios en un madero que pronto pasaría por su Torre Sur.

Vera Cruz continuó su camino rodeado del resto de procesiones que salieron esta jornada y que le acompañaban en la lejanía con sus bandas, creando un ambiente cofrade en el que solemnidad y alegría se entremezclaban creando lo que solo la fe puede comprender.

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