Al final se ha confirmado que todo era un montaje, un número ideado para conseguir estar en el centro de atención. Durante horas, todo Estados Unidos estuvo centrado en el destino de Falcon Heene, un niño que al parecer se encontraba colgado de un balón de helio que volaba sin rumbo por los cielos de Colorado. Pero en realidad el pequeño estaba a salvo y sus padres lo sabían.

Las dramáticas escenas de los familiares, que esperaban con el alma en vilo el aterrizaje del globo, empezaron a ponerse en duda cuando se dijo que el niño de seis años en realidad había estado escondido en un desván. Y crecieron con las declaraciones del propio protagonista. Finalmente, el domingo la policía confirmó que todo fue una escenificación planeada por unos padres que ya habían participado en un reality show.

Todo el país está asombrado e indignado ante las mentiras de Richard Heene, de 48 años, y su mujer Mayumi, de 45. Podrían tener que pagar una multa de medio millón de dólares por engañar a las fuerzas del orden e incluso cumplir una pena de cárcel de hasta seis años. El asombro se extiende también a los medios de comunicación.

El sheriff Jim Alderden explicó que todo empezó a estar claro cuando el niño se fue de la lengua en una entrevista con la cadena CNN. "Dijeron que lo hacíamos por el show", respondió el niño a su padre cuando éste le preguntó por qué no había respondido a sus llamadas. Todos los espectadores pudieron percibir cuán incómodos se sintieron los padres.

Se ordenaron entonces registros e interrogatorios en los que comenzaron a salir incoherencias y mentiras, como explicaba el lunes el diario Denver Post. "Prepararon un buen espectáculo para nosotros y todos nos lo creímos", resumió el sheriff Alderden.

Pronto se supo que los Heene eran aficionados a las luces de los focos. Dos veces intervinieron en el reality show Wife Swap (Intercambio de esposas), en el que dos mujeres muy distintas cambian sus familias por dos semanas. El montaje del globo tenía como fin atraer la atención de las cámaras, como lo indica el hecho de que llamaran primero a las cadenas de televisión y luego a la policía.

Richard Heene sólo tiene el título de enseñanza secundaria, pero le gusta jugar a ser científico e inventor. Los medios norteamericanos lo han llamado por ello el "artesano oportunista". En el programa de televisión llegó a contar que una vez se desmayó en un restaurante y que los extraterrestres aprovecharon para hablar con él, que se forjó en esa conversación una idea sobre la humanidad.

Conoció a su mujer en Hollywood, donde ambos tomaron clases de interpretación. Después de todo el revuelo del fin de semana, las autoridades no descartaban que el hombre pudiera reaccionar con violencia contra su familia. "Según todos los indicios, es probable que el señor Heene sufra ataques de ira", según Alderden.

No resulta sorprendente que los padres se sintieran atraídos por el mundo de los concursos televisivos. Los participantes de más éxito llegan a ganar varias decenas de miles de dólares por episodio. "Este increíble montaje es producto de una cultura en la que los participantes de reality shows son celebrados, en la que se vuelven ricos por hacer de su vida un espectáculo de masas", escribe el diario Globe and Mail.

"Si no existiera esa industria, no tendría sentido un comportamiento así", aseguró el catedrático en Sociología Joshua Gamson, de la Universidad de San Francisco, al periódico. El hecho de que la historia pudiera cobrar semejantes dimensiones se debe también a la era de Internet, en la que existe una demanda constante de novedades. "Hace veinte años la historia hubiera pasado antes de que se empezara a hablar de ella", explicó Tyler Cowen, catedrático de Economía y Cultura de la Universidad George Mason de Virginia. "El elemento del suspense minuto a minuto es nuevo y posibilitó este montaje".